NBA Play-offs

EL EQUIPO ANGELINO SE IMPONE EN EL TERCER PARTIDO

Kobe Bryant mantiene con vida a los Lakers

Los 36 puntos de Bryant y la gran actuación de Vujacic propician el primer triunfo
Gasol, muy gris, despertó en el último cuarto con un par de canastas clave

Miércoles 11/06/2008
AGENCIAS

El equipo de Pau Gasol pone la final de la NBA 2-1 tras ganar el tercer partido, el primero en Los Ángeles, por 87-81, con una gran actuación de Kobe Bryant.

Los Lakers siguen con vida. Esa es la conclusión más importante del tercer partido de las finales, que se saldó con victoria local, en un choque igualado, plúmbeo, a la europea. Los chicos de Phil Jackson no mejoraron excesivamente sus sensaciones, pero sacaron adelante el órdago y conservaron sin mácula el Staples en estos 'playoffs'. Nueve victorias por cero derrotas.

El factor cancha sigue siendo determinante en la presente postemporada. Cuesta un mundo ganar fuera. Bien por los arbitrajes -ayer mucho más benigno con los intereses angelinos-, bien por el ambiente, los visitantes se achican hasta parecer todo lo contrario a lo que enseñan en sus feudos. Anoche los Lakers no consiguieron la transformación necesaria, la que dicta la lógica de un equipo que está contra las cuerdas tras haber perdido los dos partidos iniciales. Pero, tras un esfuerzo extra en los últimos minutos, tumbaron por primera vez a los incansables Celtics para conservar el sueño del anillo.

Porque el encuentro bien pudo caer para cualquiera de los dos bandos. Tanto los de amarillo como los de verde hicieron suficientes deméritos para perder. No fue digno de su historia el encuentro, aburrido, plomizo, continuamente interrumpido, con escasos destellos para el trasnochador aficionado.

Ni siquiera arrancaron con rabia los Lakers. Sin embargo, ante la contagiada apatía de su oponente, colocaron un 9-2 esperanzador, con Kobe Bryant esbozando lo que sería un partido acorde con su título de MVP. Anotó 11 puntos el de Filadelfia en el primer acto, pero su equipo se estancó y se llegó con empate a 20 en el marcador.

Por fin apareció el banquillo 'laker'

El segundo parcial dejó la irrupción estelar del banquillo de los Lakers. Por fin. Esa batalla la tenían perdida los de Phil Jackson hasta ayer. Pero Jordan Farmar y, sobre todo, Vujacic, pusieron el ardor demandado y consiguieron las primeras ventajas importantes para su equipo.

Sin embargo, un triple postrero de Ray Allen, el mejor anoche de los de Doc Rivers, dejó la distancia al descanso en sólo siete puntos (43-37), en un marcador de Euroliga. Fue un momento clave, pues los de Boston no habían perdido la cara al choque y eso que sus otras dos estrellas andaban nefastas. Entre Kevin Garnett y Paul Pierce, cuatro puntos, con una serie entre los dos de dos de 16.

Todo el trabajo de los locales fue echado por tierra en el tercer cuarto, sin duda el peor para los de Phil Jackson. Con Pau Gasol totalmente fuera de plano, gris, perdido, en lo que estaba siendo uno de sus peores partidos desde que campa por la NBA, los Celtics se sobrepusieron, endosaron un parcial de 15-3 y se vieron con un anillo arribando a sus dedos.

Lo único malo para los de verde fue la lesión de Rajon Rondo. Esta vez de verdad. El joven base, que había realizado un gran arranque de partido y que, en general, suponía un serio problema para la zaga de los Lakers -esta vez Jackson encargó su defensa a Kobe, ante la impotencia de Fisher en los otros partidos- se torció el tobillo izquierdo y apenas pudo regresar al parqué unos instantes en el último periodo.

Precisamente a ese acto definitivo se entró con mucho respeto, nervios, y mal juego por parte de ambos conjuntos. La igualdad propiciaba miedo y muchos fallos. Continuas visitas a la línea del tiro libre y errores continuados, sobre todo por parte de los locales, cuyo porcentaje final habla por sí solo: 21 de 34.

Eso les pudo costar el encuentro, ponerles contra unas cuerdas infranqueables. Nadie había remontado un 3-0 en unas finales de la NBA. Nunca jamás en 60 años de historia de la mejor liga de baloncesto del mundo.

Pero los Celtics tampoco estaban para muchas alegrías. Garnett despertó tímidamente, pero Pierce, con problemas de faltas durante todo el choque, no fue esta vez el héroe que demolió a los Lakers en el primer encuentro. Esta vez, además de Kobe Bryant, quien se fue a unos estratosféricos 36 puntos, apareció Sasha Vujacic para apuntillar a los de Boston.

Un triple del esloveno a falta de menos de dos minutos otorgó la diferencia precisa para el triunfo definitivo. Era el punto número 20 del eléctrico jugador, pleno de confianza anoche, mortal desde el perímetro, descarado, brillante. Sólo una jugada antes, Eddie House había errado un lanzamiento cómodo para empatar el choque.

Después sentenció Kobe Bryant con otras dos grandes canastas, en su línea de toda la noche. Así, por fin respiraron los Lakers, quienes, a pesar de volver a no jugar demasiado bien, atraparon el oxígeno necesario para mantenerse con vida. Sería bueno que ahora también recuperaran ese espíritu de las anteriores rondas, esa velocidad y acierto en ataque. Y que Lamar Odom se dejara de hacer faltas y apareciera imponente en el choque, que Radmanovic no fuera un tipo de primeros cuartos, y que Pau Gasol, a quien le salvó su último acto -sobre todo dos canastas tras rebotes ofensivos cuando más calentaba el sol- repescara todo su protagonismo y confianza para plantar la cara necesaria a los pívots rivales. Con Kobe puede que no sea suficiente.

Kobe Bryant anota entre Kevin Garnett y PJ Brown (AP)