Por cierto aqui os dejo algo que encontra hace tiempo y ya puse en otro post:
Querias demagoia, pues toma:
La Crueldad...
Comienza Por Casa
No uso cosméticos, le expliqué a alguien, y no porque no sea "coqueta", sino porque para los testeos y pruebas alérgicas de los productos, utilizan a conejos. Alrededor de 200 millones de estos animales mueren al año.
Ni hablar de la cantidad de perros, gatos, chimpancés u orangutanes y ratas que fallecen víctimas de enfermedades a las que han sido expuestos artificialmente (cáncer, SIDA, radiación, para nombrar sólo algunas).
Otras especies, corren la misma suerte. Últimamente con el boom de la genética, aunque preferiría llamarla "manipulación genética", muchos animales son transformados, ya sea por causas "científicas" o económicas en réplicas grotescas de sí mismos: clones, vacas con cinco patas, pollos sin plumas, perros sin pelos.
Los más académicos tratan de convencernos de la importancia de estos hallazgos, convirtiéndose en oradores expertos en el continuo e limitado desarrollo de las tecnologías. Otros no menos siniestros pero más sinceros, subrayan el tema de los costos en estos procesos: "... este pollo ha sido manipulado genéticamente para que carezca de plumas - según la científica israelí Reem Yunis que ayudó a crear el ave - con menos plumas nuestros pollos deben alimentarse más para conservar el calor, así alcanzan los dos kilos de peso de matanza una semana antes que los demás...". (Revista Colors Nº19, marzo 1997). El nuevo modelo evita además tener que pelarlo una vez muerto.
¿Qué relación establecemos con los animales?
No de respeto, eso es evidente, aunque hay excepciones que confirman la regla. Sé que hay diferentes grados de crueldad, todas intolerables para mí pero quizás algunos sean más entendibles.
Por ejemplo, la cría de ganado para consumo es mucho más racional que 5.000 millones de personas cazando para alimentarse, correcto.
El hombre come carne, aunque puede optar por lo contrario, (como la que suscribe), no obstante, se siguen cazando, pescando y atrapando animales para servir en restaurantes como platos exóticos. Creo que esto, una vez más, tiene que ver con otros intereses que no son ni nutritivos, ni dietarios, ni culturales. Y aquí hago una salvedad que creo importante: no considero aberrante que un habitante de la selva africana, por ejemplo (siempre sirven los ejemplos prácticos), cace y coma una gacela, es su tradición, su cultura, lo ha hecho históricamente y la pieza, en general, sirve para mucha gente en la comunidad. Sí considero aberrante, que un señor de mucho dinero, pida como cena en un restaurante muy de moda en París, un plato cuyo ingrediente principal es la carne de gorila. Quizás sea porque considero que ese primer Señor no tiene otra opción y este segundo señor, puede evitarlo.
Por lo mismo, no me asombra que en la época permitida, los esquimales cacen narvales o focas. Si me asombra, me conmueve y me provoca dolor y odio que los buques balleneros noruegos o japoneses (únicos países que no han firmado los tratados de protección de esta especie) arrasen con todos los ejemplares que se les ocurra. Y en este punto, sí es discutible la cuestión "cultural". Los japoneses son reconocidos por ser respetuosos de sus costumbres. La grulla coronada es un animal de culto en ese país, protegida, resguardada y considerada como ave de buen augurio. ¿El problema entonces será que las ballenas no tienen nacionalidad? ¿Qué no auguran nada más que litros de aceite, grasa y cuero? ¿O será que ellos no son tan inteligentes y en cientos de años no han encontrado un sustituto para esa carne? Lamento no tener respuestas y lamento más aún que se siga permitiendo su cacería. Siempre el dinero vale más que la ética y los principios, por suerte, no para todos.
¿Tradiciones, deportes o perversidad?
Señalé anteriormente, el tema de los "niveles de crueldad", sólo para analizar ciertas acciones.
Hace poco ví un programa de televisión por cable, conducido por un médico veterinario, el Dr. Mareco, que trataba de explicar y fundamentar esta nueva moda de "mascotas alternativas". Este personaje, describía el nuevo hobbie de los porteños como "un acercamiento que el hombre quiere tener con la naturaleza"... Yo estoy de acuerdo y feliz con ese acercamiento pero creo mucho más sano contemplar la naturaleza sin modificarla o destruirla. ¿Acaso alguien cree que tener una iguana en una pecera significa estar cerca de lo natural? ¿Enjaular a un pájaro y sacarlo del lugar donde habita nos permite entender el delicado equilibrio ecológico? ¿Quitarle un cachorro a una desesperada madre para traerlo a vivir a una ciudad tiene que ver con la necesidad de entender la relación maternal entre ejemplares de una especie?
No, nada de eso ocurre. Estas prácticas, modas, acciones o como quiera que se las llame, no sólo deben ser combatidas sino, y además, reprobadas públicamente.
Uno de las principales causas del tráfico ilegal de animales, no sólo es el dinero (de eso ya hablamos y lo seguiremos haciendo) sino la enorme cantidad de gente inconsciente e irresponsable que decide, por capricho generalmente, acceder a un animal que sólo él tenga y sea el comentario de todos. Así se producen los terribles acontecimientos que nos invaden cotidianamente.
Para que el nene tenga una iguanita verde en su habitación, seguramente cazaron 100 de su especie (la de la iguana), 50 murieron antes de que las trasladaran, asfixiadas en bolsas plásticas o deshidratas. De las primeras, sólo llegarán al "mercado" una 10, con mucha suerte. Esa mascotita, en unos años se convertirá en un reptil de más de un metro, que ya no entra en la pecera, ni en la jaula, ni en el departamento. Este es el momento en que el dueño decide donarla al zoo más cercano o soltarla en el lugar más próximo. Siempre y cuando el animal no haya muerto por descalcificación, desnutrición, deformidad ósea, avitaminosis productos todas del desconocimiento de los hábitos alimenticios y de supervivencia de la especie.
En Buenos Aires, parecen preferir reptiles, pájaros y arañas. En otros países, la demanda es mucho más exótica: perezosos, koalas, orangutanes, tortugas. En general, especies en peligro de extinción y de muy alta mortalidad en cautiverio.
El hombre ha domesticado especies que cumplen esa función de compañía, ayuda en el trabajo, asistencia, etc. ¿Para qué incorporar otras?
Perezoso abandonado en una plaza en Bolivia Nos cansamos de ver en la calle infinidad de perros y gatos abandonados, que luego masacran y envenenan en los centros de zoonosis o control antirrábico o terminan como "donaciones" a las facultades o laboratorios para que les sirvan de materia prima. Lo terrible es seguir funcionando de la misma manera: ¿domesticar para qué? Para echarlos a la calle cuando entran en celo o quedan preñados, "perderlos" en las vacaciones, soltarlos en cualquier parte porque sus dimensiones superan la contención del departamento de dos ambientes. Si todavía no hemos aprendido a respetar, a tener consideración y compasión con los animales ya domesticados, no tiene el menor sustento incorporar nuevas especies.
Con el pretexto del acerbo nacional, cultural, histórico y qué se yo cuantas otras tonteras, también se fomentan y realizan prácticas crueles y aberrantes.
No necesitamos invocar la necesidad de la ciencia ni el mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos, simplemente presenciemos la cruda realidad, a la gente le gusta y eso es lo más terrorífico.
Miles de personas anualmente asisten a las corridas de toros en España, México, Perú y otros países. Las peleas de perros son moneda corriente en muchos estados europeos, también en Argentina y en Asia (donde además, se los comen). La gauchesca nacional, sostiene con bravura las riñas de gallos. La caza de la en Gran Bretaña, es símbolo de realeza y aristocracia. Las carreras de caballos, de galgos, la práctica del Polo o de Pato, la equitación y los saltos, la suelta de toros en San Fermín, en Colombia o en Mar del Plata. Las peleas de peces Beta en Thailandia... la lista, me temo, es cuantiosa.
La utilización de animales para trabajo ha tomado dimensiones exageradas. No hablemos del caballo de tiro, del perro pastor o lazarillo, en fin, del animal que nos ayuda y acompaña. En Asia, los elefantes están en extinción y aún hoy, muchos países utilizan al llamado "elefante de la India" para trabajos muy pesados. Con jornadas de más de doce horas, drogados, muertos de hambre y encadenados, los pobres animales cargan troncos, piedras y materiales pesados.
Con el supuesto objetivo de la educación y el entretenimiento, se abrieron en el mundo cientos de zoológicos y acuarios. En un principio, más allá de la absurda teoría de estudiar a los animales (como si los especímenes en cautiverio tuvieran algo que ver con sus pares en libertad!) se cazaban ejemplares desconocidos para que la gente pudiera verlos. Miles de jirafas, rinocerontes, primates, felinos, osos, pájaros, etc., etc., fueron sacados de su hábitat, extinguidos y diezmados para que otros seres, unos pocos, tuvieran el privilegio de apreciarlos, creando así un desequilibrio que todavía persiste.
Después de la contemplación vino el poder ¿O acaso existe algo que el hombre no pueda manejar a su antojo?
Nacieron los circos, en los comienzos el espectáculo era el hombre: el virtuoso de cuerpo o el deforme. Después, empezaron con los animales.
Osos bailarines, felinos saltadores, caballos amaestrados, elefantes malabaristas... al final, hasta gatos, vacas, perros y loritos aparecían en escena.
¿Qué decir del tratamiento que reciben estos adorables y simpáticos artistas por parte de sus entrenadores? A los osos se los hace caminar por planchas de metal al rojo vivo para que salten y bailen; a los felinos y grandes monos, se los mata de hambre o se los golpea hasta desmayarlos. A los elefantes se los encierra y encadena y se los priva de agua. Los reptiles, pájaros y pequeños animales parecen correr mejor suerte.
Pasaron muchos años, y aún pasarán muchos más, para que reaccionáramos y reaccionemos contra estos, mal llamados, entretenimientos.
Otra parte de la historia, la protagonizaron los mamíferos marinos: delfines, lobos o elefantes de mar, focas, nutrias y orcas. El paradigma de todas estas tristes historias ha sido la orca Keiko o Willy, como la rebautizaran en la película. Si bien es difícil que pueda reinsertarse en su medio, Keiko demostró que tarde o temprano el sufrimiento de un animal en cautiverio, tiene consecuencias nefastas para todos.
Distintas formas de matar animales
Casi ninguna de ellas, admite justificación, exceptuando la ya citada parábola de matar para comer.
Miles de animales son sacrificados anualmente en pos de diversas variantes: "caza deportiva", como si asesinar animales tuviera algo de deporte y criaderos para peletería, (la "belleza" a costa de la tortura y vejación de seres vivos no es mi fuerte) son sólo algunos ejemplos de cuán respetuosa y consideradamente se acerca el hombre a contemplar la naturaleza.
Estoy totalmente en contra de cualquier tipo de caza, para mí es tan reprobable la que se hace por "deporte", para "equilibrar" las poblaciones existentes, etc., etc., etc. Creo que en un momento de historia del planeta, en donde cada año desaparecen PARA SIEMPRE alrededor de 20.000 especies de animales, cada ejemplar es imprescindible.
Gasiwa, bebé de gorila de montaña, asesinado en Congo en octubre de 1998 por cazadores furtivos.
Por supuesto que ya el hombre se ha encargado de destruir y torcer equilibrios varios, ya nada es natural, pero antes que el sacrificio existen otras variantes. En algunos países, donde las reservas de fauna están a la orden del día, cosa que no ocurre en Argentina porque A NADIE LE IMPORTA, los animales se intercambian entre ellas. Tantas especies de antílopes por felinos, cocodrilos por hipopótamos, rinocerontes blancos por jirafas y así todos garantizan tener la variedad de fauna primigenia y no se corta ninguna garganta en honor al equilibrio ecológico.
Por supuesto que todos los desastres tienen que ver con nosotros. En Sudáfrica, que las ciudades del norte se vean invadidas por monos, tiene que ver con la tala de la selva y la falta de comida y, por supuesto, con la extinción de su depredadores naturales: las águilas y los leopardos.
Durante meses escuchamos en nuestro país el problema de Hantavirus, provocado por la proliferación de roedores en el sur... nadie, absolutamente nadie (y a esta altura del partido a los funcionarios que "supimos conseguir" ni los nombro), ni biólogos, ni sanitaristas, ni ecologistas, mucho menos conservacionistas (que no parecen abundar) comentaron o siquiera hicieron referencia al por qué de esta repentina superpoblación. El tema concreto, es que hemos extinguido a sus depredadores: el zorro patagónico, el puma y a ciertas especies de raptores. Las "ratitas" siguen naciendo como hace cien años, el tema es que no hay quién se las coma.
Aún hoy en el sur argentino, se sigue matando al guanaco para darle de comer a la peonada en época de esquila o para sustento de los perros de pastoreo, por supuesto, ningún hacendado va a ofrecerle sus propios corderos a un trabajador, antes... antes los guanacos.
La excusa de criar para matar no es menos espeluznante, y las diversas maneras en que esto se realiza, es peor: cámaras de gas, ahorcamiento, descarga eléctrica en el orificio anal y por supuesto, las trampas, en lugares donde no entienden la sutil diferencia de criar una nutria para degollar en unos meses y despellejarla al instante en que queda atrapada, evitando así el gasto de mantenimiento.
Siempre pensé que los abrigos de piel no cumplían la función de "abrigo", (aunque la Ing. María Julia Alsogaray, Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación Argentina, considere que el visón existe sólo para eso), porque, si lo que abriga es la piel, ésta tendría que ir del lado de adentro del tapado ¿verdad?
Tapados de ocelote En tiempos de crisis económica y desocupación ¿Quién no necesita hacerse de unos pesos? Bueno, no hay opción más rentable en este momento, que la cría de chinchillas: sencillas para mantener, no necesitan mucho espacio y son de fácil reproducción. Las ofertas de "micro emprendimientos" aparecen en Internet. Cualquiera puede hacerlo, yo conocí a una Socióloga que se dedica a eso... si actúa así con los animales, no quiero pensar cómo se manejará con las personas.
Criadero "El Dorado"
Los caminos para llegar a la naturaleza
El tema del tránsito en carreteras y rutas, alrededor de reservas y parques nacionales o en zonas donde habita fauna silvestre, es otro problema.
En algunos países se empieza a trabajar en ello, creando cercados especiales y pasos subterráneos para que los animales atraviesen un camino sin que sean despedazados por los camiones, micros o autos particulares.
Por supuesto existe una voluntad política concreta del Estado para afrontar esos gastos, todavía hay quienes aprecian el valor de la vida.
El peligro es para ambos, animal y persona pero siempre es el animal el que resulta dañado o muerto... y esto puede evitarse.
Jirafa
Koala
Peludo
Siempre me ha interesado el tema de la medicina alternativa, en particular el uso de plantas y hierbas medicinales.
No así, el de animales con los mismos fines. Ya mencioné el problema ético de su utilización en laboratorios. Además de las grandes compañías internacionales de medicamentos y cosméticos, existen infinidad de personas que viven de la medicina no tradicional y de los "remedios" no tradicionales que además, prometen curas milagrosas y efectos colaterales y secundarios, altamente positivos.
Garras de oso grizzly, cuernos de rinoceronte, cartílago de tiburón, placenta y caparazón de tortuga, bilis de oso mielero de la India, huesos de tigre, plumón de cóndor andino...
Los ejemplares con "suerte" son atrapados y asesinados en el momento. Los tigres suelen quedar por horas y hasta días asfixiándose en las cuerdas que los apresan. Los osos asiáticos se mantienen enjaulados en ínfimos receptáculos, mientras lo resistan, y se los coloca una sonda en la vesícula por la que día a día, se les drena el líquido a utilizar.
Muy esperanzadoras son las promesas de esos preparados especiales: vigor masculino (casi siempre), cura del cáncer, la artrosis, las enfermedades pulmonares, los problemas dermatológicos, la caída del cabello, la obesidad, el estrés.
En general, el costo es altísimo y más de una vez, no contienen lo que indican y son sólo polvos y extractos vegetales.
Por supuesto, a quienes tienen acceso a un mercado de mayor envergadura, se les garantiza la legitimidad del producto.
¿Conclusiones?
¿Cómo concluir algo que todavía no termina? Haría alguna reflexión si estos hechos pertenecieran al pasado, pero me topo, convivo con ellos cada día.
Podría apelar a las autoridades, siempre ocupadas vaya a saber en qué cosas; al sentido común, a la piedad ¿Ustedes creen que una persona que tortura, caza y mata a un animal le importa? También ese es el problema de escribir para medios que lee gente interesada en esta temática. Seguramente a algunos los aburrí con tanta repetición, a otros no les aporté nada nuevo y a los de siempre, a los sensibles, quizás los molesté un poco... con suerte, alguna persona que no comparte nada de lo escrito, lo lea... no sé si cambiará su vida, pero eso no es lo importante.
Hay una publicidad de Earth Communications, que pasan por los canales de cable, que tiene una de las consignas más inteligentes que he leído en campañas ambientalistas: "...no importa lo que hagas, cualquier cosa que hagas, cualquier cosa sirve...".
Esa es mi función en la vida, lo he decidido libremente y me he comprometido con ello, quiero ayudar a la supervivencia de los animales, las plantas y el planeta... es decir, a nuestra propia supervivencia.
Si algo de esto sirve, cumplo mi cometido, si no, lo seguiré intentando. Explicar, hablar, intercambiar experiencias, datos, información, ayuda muchísimo. No importa cuán lejos estemos, cuan pobres seamos, extender una mano para ayudar, puede traspasar paredes, fronteras, océanos y continentes.
Cada dos minutos, uno de nosotros desaparece...
¿Quién tiene el coraje de seguir contemplándolo cruzado de brazos?