Jorge58 (sin comentarios)
|
 |
« Respuesta #68 : 6 de Julio 2007, 00:18:05 » |
|
(del diario Olé)
Lio Messi tiene por estos días, siempre a la vista en el hotel de turno, un tesoro que envidiaría cualquier pibe como él. Claro, él no es cualquier pibe. Cumplió años el 24 de junio, justo el mismo día que Riquelme. El plantel, por su lado, hizo la colecta clásica y regaló relojes a ambos. Ahora, Lio se iba a encontrar unas horas después con otro mimo grande, uno que no esperaba: la foto suya y un mensaje cariñoso firmado por el propio Diego Maradona. ¿Un mensaje de rey a heredero? Algo así.
La idea surgió de unos amigos del rosarino. Consiguieron, primero, una foto del pibe, con un trofeo en la mano y todavía cara de pichón. Usaba una camiseta roja potente, del baby. Trofeo en mano y talento puro. Se la mostraron en Venezuela a Diego y no dudó: le estampó un emotivo "Con cariño y feliz cumple", que firmó y cerró entre paréntesis con su histórico "10".
Messi, cuentan, se puso más contento que cuando le gana un partido de Play Station a Palacio o a Tevez, sus acérrimos rivales en este menester cibernético. "La tiene en la habitación bien a la vista, como para que lo inspire cada partido", bromeó uno de los pocos periodistas que lo conoce a fondo.
Acá y en cualquier parte del mundo, la comparación se hace inevitable. Basile, prudente y conocedor de la historia futbolera, pide no entrar en esos juegos: "Maradona fue un moustro único, inalcanzable, el mejor de todos. Si Messi, con ese potencial tremendo, llega a un 80 por ciento de Diego, vamos a aplaudir".
Esa lectura es mucho más analítica que la del hincha común, quien busca a cada rato encontrar líneas comunes entre sus vidas de pelota. Corre y murmuran. Engancha y murmuran. Se acomoda el pelo y también murmuran. Siempre murmuran. Ni hablar cuando gambetea a medio mundo, ante el Getafe que no es Inglaterra, y define a un rincón a lo Maradona. O si mete la mano y, trampita mediante, también anota un gol que desata polémica.
El propio Maradona fue tajante: "Es lo más parecido a mí". La respuesta del pibe no tarda. "Cómo me van a poner a la misma altura del mejor de todos los tiempos. Imposible", se ataja, desde sus frescos y tímidos veinte años.
Es innegable, hay afinidades, sin ánimo de bajar a Diego del pedestal futbolero en el que está. Ahora, ni el futurólogo más audaz podría asegurar qué será del rosarino en un par de años. Por lo pronto, hoy generan devoción, una linda devoción que nació en Argentina.
|