En estos casos siempre me pregunto hasta cuando nos tenemos que acordar para decidir si un personaje histórico debe tener un lugar en nuestras plazas. Julio Cesar, gran dictador de imperios lejanos, y por ende, gran masacrador de nuestros mas ancestrales antepasados, ¿debería tener o no unos bustos marmóreos expuestos en nuestras plazas?
Los dictadores españoles del siglo XX, Felipe V (gran aniquilador de nuestros ascendientes). . .¿deben tener su efigie en las públicas plazas que todos mantenemos con nuestros dineros?
Arte, historia, goma de borrar de memorias. . .¿dónde está el límite?
Para mi, ante la imposibilidad de decidir quienes son los merecedores de tales honores, me quedo en la solución salomónica de estatuas para todos.
Y que cada uno los juzgue por si mismo. . .
No creo que encuentres una estatua de felipe V en Cataluña, lo mismo que de Espartero.
Un saludo.