Madrid, 19 jun (EFE).- La Audiencia Nacional comenzó hoy a juzgar al ex dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", y a su compañera "Amaia" por el secuestro y asesinato del concejal del PP Miguel Angel Blanco, en 1997, entre fuertes protestas en contra de la negociación con ETA y gritos de apoyo a la familia del edil.
En el juicio, los dos acusados, para quienes el fiscal pide 50 años de cárcel, mantuvieron una actitud de indiferencia y, tras acogerse a su derecho a no declarar, no dejaron de conversar entre ellos sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor.
Sólo mostraron interés por lo que pasaba fuera de la sala blindada, en la que comparecen los acusados de terrorismo, cuando fueron llevados ante el tribunal los presos etarras que declararon como testigos, a los que saludaron efusivamente con el puño en alto.
Mientras, en la calle, unas 300 personas participaban en la concentración convocada por las Nuevas Generaciones del PP y por el Foro de Ermua en apoyo de la familia de Miguel Angel Blanco y en contra de la negociación con ETA.
En la concentración también estuvo presente el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, quien advirtió al Gobierno de que si hay un acercamiento de los presos etarras por un pacto con la banda terrorista "volveremos a disparar sobre Miguel Angel Blanco y sobre todos los que fueron asesinados por no ceder al chantaje".
Los manifestantes, que colocaron velas alrededor de una foto del edil, estuvieron congregados desde las diez de la mañana a las puertas de la Audiencia Nacional con camisetas con la foto del concejal asesinado y banderas de España, coreando gritos de "asesinos", así como "justicia" y "Miguel Angel", "Zapatero, dimisión" y "Negociación en mi nombre, no".
Tras la negativa de los dos acusados a prestar declaración, el fiscal Miguel Angel Carballo y el abogado de la AVT les formularon sus preguntas, que evidentemente quedaron sin respuesta, acerca de lo acontecido alrededor del secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua (Vizcaya), el 12 de julio de 1997.
Posteriormente, les llegó el turno a los testigos y la primera en comparecer fue la madre del edil, Consuelo Garrido, quien, tras relatar que la última vez que vio a su hijo fue el 10 julio de 1997 cuando fue a comer a casa, explicó que el concejal "se llevaba bien con todo el mundo" y "sólo había tenido enfrentamientos con gente de HB, aunque no tomaba precauciones".
A preguntas del fiscal, quien renunció al testimonio del padre del edil por considerar "innecesario someter a esta víctima a un interrogatorio", Garrido aseguró que desde el asesinato de su hijo, ella y su marido están bajo tratamiento psicológico y "mi hija después de esto (el juicio) también".
De hecho, al finalizar esta primera sesión del juicio, que continuará mañana, la hermana del edil, Marimar Blanco, que se encontraba entre el público, planteó que "si muchos de los que ahora están a favor de ese mal llamado proceso de paz tuvieran que pasar" por la "tremenda" situación de sentarse enfrente de los asesinos de un familiar, romperían dicho proceso.
Arropando a los familiares de Miguel Angel Blanco, también estuvieron presentes en el juicio como público el dirigente del PP Ignacio Astarloa y el presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa, entre otros.
Los acusados, al contrario de lo que hicieron la pasada semana en su primer juicio juntos en la Audiencia Nacional por el asesinato de otro concejal del PP, José Luis Caso, evitaron mostrarse desafiantes frente al tribunal.
Así, cuando la presidenta de la sección primera de la Sala de lo Penal, Manuela Fernández de Prado, pidió a "Txapote", nada más entrar en la sala blindada, que se sentara en la fila de bancos de delante para poder oirle mejor, éste accedió sin poner ningún impedimento.
Esta actitud contrasta con la que mantuvieron la pasada semana cuando ambos se negaron a ponerse en pie a petición del magistrado que presidía la Sala que les juzgaba y que se vio obligado a pedir a la Policía que les levantara por la fuerza, tras lo cual, ambos se mantuvieron toda la vista de espaldas al tribunal.
La conducta que mostraron en ese primer juicio, llevó al fiscal a pedir que cumplan íntegramente los 30 años de cárcel que solicitó para ambos por el asesinato de Caso porque su actitud "desafiante y chulesca" no permite "atisbar ninguna esperanza de reinserción".

La actitud provocadora provino en esta ocasión de los tres presos etarras Sebastián Lasa, Kepa Etxebarria y Gregorio Escudero, quienes, a pesar de estar obligados a prestar declaración en su condición de testigos, se negaron a ello, por lo que el fiscal pidió que se les dedujera testimonio por un delito de desobediencia.
La presidente del tribunal tuvo incluso que llamar la atención a Lasa y le pidió que se comportara tras haber intercambiado efusivos saludos con los dos acusados.
En ese momento, según puso de manifiesto el fiscal, Lasa contestó en voz baja: "yo me comporto como quiero".
Antes había comparecido Ibon Muñoa, ex concejal de HB que cumple 25 años de cárcel como cooperador necesario en el secuestro y posterior asesinato de Miguel Angel Blanco.
Al ser preguntado, entre otras muchas cosas, si él elaboro informaciones sobre ediles del PP, Muñoa mantuvo que no se acordaba de "nada" y, en contra de lo que declaró en su momento, aseguró que nunca conoció a Blanco y que todo lo que declaró en su día fue bajo tortura.
"Estaba roto psíquicamente", afirmó Muñoa, momento en el que Marimar Blanco, hermana de la víctima que se encontraba entre el público, exclamó: "Ya. Y nosotros no".
PD.Y aqui teneis a estos dos hijos de pu.. hablando y riendo tranquilamente como si de una pachanga se tratara,Dios
que hariais vosotros con ellos?a mi se me ocurren varias cosas
