Hay que sentirse orgulloso de lo que ha hecho el Villarreal, llegar a una semifinal de Champions no lo hace cualquiera y darle un baño al contrario tampoco.
Lástima que no haya podido forzar la prórroga, aunque daba la sensación que ya estaban arrastrándose por el campo de lo cansados que estaban.
Ojalá mañana el Barça tenga más suerte