Camilo¡¡¡
Pero al final se casan o no se casan???

psss estamos en ello... pero hay una inmensidad de agua de por medio...
Desperté en el hotel… estaba solo… había dormido solo. Tras el cierre de la tienda habíamos salido… paseábamos como una pareja… juegos, provocaciones, de vez en cuando pillerías profundas…
Me acompañó al hotel pero me dijo que tenía que irse, no sé que con la madre. Me dio rabia por una parte, pero por otra lo agradecí… estaba cansado, muy cansado.
Repasé mentalmente los juegos del día anterior… era toda una maestra… sabía que el placer se concentra en el instante aquel en que vas a conseguir lo que quieres, y alargaba ese momento… sus juegos, provocaban que el deseo fuera más… desnudo en la cama sentí con especial intensidad la suavidad de las sábanas, mi cuerpo era especialmente receptivo… ella, mi querida forera de post transgresores… lo había logrado: Mis sentidos estaban especialmente desarrollados, ella los había entrenado con ese fin
Tuve ganas de tocarme a mi mismo… pero intuí que sería un error.
Llamaron a la puerta… Seguía con la modorra matinal y no me levanté… sólo dije… adelante…
Era ella…
Insultantemente atractiva… entró desafiante… rasgando con su andar el aire calido de la habitación… no sabía donde clavar mi vista… todo era apetecible.
No dijo nada…
entró en el cuarto de baño… se hizo claro que los juegos seguían…
Oí que llenaba la bañera de agua… al cabo de un rato salió del baño… me tomó de la mano y me dijo… cochinote después de tanto jugar ayer y aún sin bañarte…
Me sacó de la cama y puso en pie… soltó mi mano y tomo mi enrojecido miembro para llevarme tirado por él, vamos que lo usaba como la correa de un perro…
Me metió en la bañera y, confieso, me sentí decepcionado al ver que ella no se desnudaba… hubiera gustado un juego de ducha o de bañera… pero ella se quedó fuera y vestida…
Me bañaba como si fuera mi esclava y yo un patricio romano… me frotaba la espalda, el pecho, las nalgas… pero cuando comenzó a enjabonarme el pito, sus movimientos eran puramente de enfermera… si bajo la piel del prepucio, pero lo frotaba muy suave… por favor que me la chupara que me comiera los huevos… me bañaba como se baña a tu mascota... y seguía muy digna y seria, ahora frotando las piernas alejándose de aquella zona que había dejado llena de deseo.
Quise tocarle el pecho en ese generoso escote que lucía… pero me rechazó sin decir nada… comprendía que mi símil anterior no podría estar más equivocado… ella llevaba la iniciativa, y yo era su esclavo.
(continuará)