1.- Yo te hablo de la supervivencia de la sociedad y tu me hablas de socialismo ¿? Te diré que la idea de la necesidad de redistribución de la riqueza, de la justicia social, de la contribución al estado del bienestar está presente tanto en la izquierda como en la derecha (hasta el señor Franco se dio cuenta de la necesidad de tal política social … por cierto la seguridad social se crea en el año 1963… ¿gobernaba un socialista?.
Incluso el concepto está dentro de la doctrina social de la Iglesia Católica, apostólica y romana, En diversas encíclicas se habla de ello en diversas Encíclicas sobre Doctrina Social desde la de León XIII CARTA ENCÍCLICA
RERUM NOVARUM
SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS OBREROS (que critica al socialismo por atacar la propiedad privada pero defiende la necesidad de una política social) a la de Ioannes Paulus PP. II Sollicitudo rei socialis; Así que va a ser que no, que intentar rebatir la necesidad de una política social sólo con la “acusación” de socialista no vale (pues por esa razón también me podías acusar de facha, de católico*… etc etc…) pero ya sabes que soy un “pillo” libre pensador.
El caso rumano que cuentas (que yo desconozco) me recuerda el famoso impuesto que quería la “liberal” Margarita Margaret Thatcher… y sabes que no es lo que yo comparto. Cada industria debe revertir a la sociedad parte de los ingresos que gracias a la sociedad gana.
De todas formas, y no sé si esto te sorprende, la forma de revertir, a mi modo de ver, no tiene que ser sólo vía impuestos… por ejemplo, la empresa que dedica beneficios a crear puestos de trabajo podría ver disminuido en mayor o menor medida el pago de impuestos. El que yo defienda una política social sabes que no debe ser traducido como una defensa de un estado socialista como, maliciosamente quieres llevarme una y otra vez (ay que pillo me eres… porque sé que me quieres si no me lo tomaría a mal).
Y aunque yo también te quiero… si eres un roñoso insolidario… ahí te doy la razón

2.- Ya te he dicho que no… también existe otros medios… ahí estás repitiendo lo mismo que yo…
3.- Bueno, como ya hemos visto en otras ocasiones el libre mercado es una entelequia que nunca se ha dado y nunca se podrá dar… dado que ni se parte de una situación de igualdad y dado que tal situación de igualdad se verá tarde o temprano alterada por alguien (el más pillo, el más astuto, el más listo, el más ladrón…) que romperá tal situación.
Creamos una sociedad de laboratorio… es decir una pequeñita para poder ser estudiada. Ahí se pone un libre mercado. Y se intenta crear unos servicios… por ejemplo teléfono por cable… ¿todos pueden ofrecer tal servicio? O sólo aquellos que parten de una situación privilegiada?
Yo estaré hecho un lío (como si fuera economista) pero al menos no peco de ingenuidad… la maravilla de la justicia del precio justo por oferta y demanda no es más que una cruel ley desvirtuada por situaciones de predominio, especulación, y falacias más o menos sofisticadas (de la palabra sofista)
4.- yo no defiendo el estado… (recordarás un post que hablamos de ello) lo que defiendo es que ya que existe démosle un papel realmente útil. El liberalismo se limita a crear un estado dónde se garantice un orden (normalmente policial y ejercito) y todo lo demás se deja a iniciativa privada. Así la policía garantiza un orden interno y el ejercito un orden externo… Genial la contribución de todo el mundo es defender la propiedad de unos que tienen la suerte de tener una propiedad.
Yo, que no defiendo la existencia del estado (recuerdas mi frase de ser algo obsoleto, concepción del siglo XV) ya que existe… démosle funciones más nobles como garantizar una supervivencia digna a todos los ciudadanos. (o parroquianos si lo prefieres)
* Te dejo un art de la mencionada encíclica del papa LEÓN XIII; que como sabrás era del partido marxista Leninista

27. Los derechos, sean de quien fueren, habrán de respetarse inviolablemente; y para que cada uno disfrute del suyo deberá proveer el poder civil, impidiendo o castigando las injurias. Sólo que en la protección de los derechos individuales se habrá de mirar principalmente por los débiles y los pobres. La gente rica, protegida por sus propios recursos, necesita menos de la tutela pública; la clase humilde, por el contrario, carente de todo recurso, se confia principalmente al patrocinio del Estado. Este deberá, por consiguiente, rodear de singulares cuidados y providencia a los asalariados, que se cuentan entre la muchedumbre desvalida.