que no hombre que no me pierdo... Tú defiendes el sistema capitalista y yo te hago ver lo que este sistema propugna... aunque no caes de la burra empiezas a ver la luz:
2- me refiero a que me dices que estan subiendo los salarios en tu ciudad sin paro... ese es uno de los motivos por los que el sistema capitalista propugna que no exista pleno empleo. Es algo que se pone en cualquier manual de economía (al final te he puesto la primera web que he encontrado no he necesitado buscar mucho... es teoría básica... como si kaye me pregunta en que me baso para decir que el marxismo propugna la lucha de clases... sólo que él ya lo sabe; de todas formas creo que te lo explique de forma más sencilla yo)
3- no líes la cosas.. Si hay pleno empleo toda persona que quiere trabajar encuentra trabajo... el que no encuentra trabajadores es el empresario, pues todos están trabajando, y si quiere contratar a alguien tendrá que seducirlo con un mayor sueldo. Y eso es algo que no seduce al sistema capitalista
4_ NO Lies las cosas bis, te he puesto en rojo lo que llevo diciendo todo el rato... CAMINO DEL MEDIO veo que has caído de la burra pero que aún no te has dado cuenta de forma consciente pero si inconscientemente. Evidente con paro total las cosas no funcionan... Pero, para el sistema capitalista el pleno empleo es también negativo. Si quieres te repito el porqué.. aunque lo tienes señalado en rojo ...
Hay otro, a mayores de los ya dicho, argumento por el que el sistema capitalista no gusta del pleno empleo: el trabajador que accede al mercado de trabajo en una situación de alto desempleo, no está en condiciones de discutir nada... acepta, pues es el trágala de o esto o te mueres de hambre, situación de prepotencia en mercado "libre" laboral que se da a menudo ... mientras que en pleno empleo existe mayor equilibrio, siempre se puede decir que no y buscar otro lugar... sin el chantaje del paro hay mayor libertad de opción
Y por favor sal del todo y de la nada... no sé cuantas veces me sales con este argumento... te repito que la tasa de paro "deseable" para este sistema es 4- 6 % (aunque varía por autores)
Ah me olvidaba lo dicho... te pongo la página, a ver si crees a este andaluz... ya que al gallego no le crees.
http://pc1406.cps.ucm.es/Articulos/Las%20politicas%20de%20empleo/ PD: sobre el aburrimiento pasamos página, ambos nos hemos comido un marrón de otro.

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Te recomiendo que releas esta parte del enlace:
"a. La necesidad del desempleo.
El desempleo es necesario como fenómeno recurrente debido a que, por necesidad, con la misma naturalidad con que la economía capitalista pasa por fases expansivas, tiene que pasar también por fases depresivas que tienen su origen en el desencadenamiento de crisis de sobreacumulación de capital. Todo ello a su vez se explica por el hecho de que este sistema es un sistema muy especial y extraño desde el punto de vista humano. La producción humana no se hace en él con el propósito de satisfacer las necesidades humanas (de todos), sino con el propósito de obtener el máximo beneficio posible (de algunos). Es decir, la producción se lleva a cabo como un simple medio para la valorización del capital, y el trabajo es un simple medio para la explotación, es decir para la extracción de plustrabajo. Por esta razón, dentro de nuestro sistema capitalista, el derecho al trabajo no existe, al menos no existe en el sentido en que los juristas hablan de los derechos plenos, sino tan sólo en la forma subalterna y mediocre de un derecho condicionado, es decir, de un derecho que sólo existe cuando confluye con una condición necesaria (pero no suficiente) en el sentido estrictamente jurídico: que el ejercicio de ese derecho esté autorizado por --o sea compatible con-- las perspectivas de beneficio del capitalista contratante. Por tanto, si no hay previsión de beneficio, no hay producción; y si no hay producción, no habrá empleo; y si no hay empleo, es que no hay derecho efectivo al trabajo para todos.
Sin embargo, los capitalistas están interesados, claro, en obtener cuanta más plusvalía mejor, ya que ésta es el origen del beneficio, y ello con independencia de que entiendan, o no, cómo funciona el sistema como tal sistema. Pues bien, en cuanto tal, el sistema sólo funciona bien cuando es capaz de reinvertir a buen ritmo una parte creciente de la ganancia, lo que significa necesariamente dos cosas:
1) que supera momentáneamente el obstáculo que el propio crecimiento demográfico (lento, de acuerdo con las potencialidades técnicas alcanzadas por la sociedad capitalista) levanta permanentemente en su camino; esto, a su vez, es un indicio de éxito para el capitalismo, ya que señala que el capital está creciendo a un ritmo mayor del que muestra el propio beneficio, poniendo así en práctica el ideal que Smith y Ricardo supieron extraer del propio mecanismo sistémico: su funcionamiento o marcha a partir del movimiento sincronizado de las dos patas en las que se apoya: a) la extracción máxima de plusvalía (o sea, el trabajador, como máquina de producir plusvalor), y b) la conversión máxima de plusvalía en nueva capacidad productiva mediante la máxima acumulación de capital (o sea, el capitalista, como máquina destinada a incrementar incesantemente el capital).
2) pero, al mismo tiempo --¡oh, paradoja!-- el éxito es el fracaso del sistema, ya que lo anterior significa por definición el descenso de la rentabilidad media de la economía. Y, aunque esto no es en sí mismo el desencadenante de la crisis, como muy bien han sabido explicar, siguiendo a Marx, autores como H. Grossmann, P. Mattick y A. Shaikh (véanse Grossmann 1929, Mattick 1969, Shaikh 1990, y un resumen de la idea en Guerrero 1997), sí lo es de forma indirecta, ya que se tiene que producir necesariamente una retroalimentación contradictoria, de forma tal que la caída de la tasa de ganancia termina arrastrando con ella a la propia masa o volumen absoluto del beneficio[14]. Y es precisamente cuando el volumen de beneficio se estanca o cae cuando estalla la crisis de sobreacumulación de capital y se abre la fase depresiva. Se abre porque entonces el capitalista está más interesado en reducir los límites del naufragio que en seguir echando peso al barco. El capitalista tiene que destruir capital, aunque en un principio, y por su propia naturaleza, se resista a ello, y se crea capaz de escapar de la tormenta simplemente destruyendo producción y empleo, pero sin afectar a su capacidad productiva. Por eso, normalmente no es el capitalista individual el que destruye su capital --al menos, voluntariamente--, sino que es el mercado, a través de su furia ciega y objetiva, el encargado de llevar a cabo ese trabajo.
Pero fijémonos sólo en el empleo, ya que las demás manifestaciones de lo que ocurre tras una crisis no nos interesan en este momento. Cuando hay una crisis de rentabilidad lo suficientemente importante, ninguna fuerza, espontánea o no, será lo bastante poderosa como para mover la curva de demanda agregada de trabajo, desplazada de golpe hacia la izquierda (véase la figura 4) y a enorme distancia del límite señalado por la población activa (el empleo potencial, en cierto sentido), en el sentido necesario como para reabsorber el desempleo. Mientras el sistema siga siendo el sistema, el empresario tiene la última palabra. Si se trata de la libre empresa, nadie puede obligar al capitalista ni a la clase capitalista a invertir, ni mucho menos a contratar nuevo empleo, porque ni tan siquiera se le puede impedir que siga destruyéndolo.
Por tanto, la posición heterodoxa es tan fácil de resumir, llegados a este punto, como lo eran sus dos contrincantes ortodoxos. Para ella, el desempleo es una consecuencia necesaria de la dinámica interna del sistema y va ligada necesariamente a su propio contenido sustancial. Su origen no es otro que la contradicción natural en que se mueve el sistema capitalista, que obliga a convertir en mercancía hasta las propias capacidades humanas (en forma de fuerza de trabajo mercantilizada). No se trata, por tanto, de echarle las culpas al Estado o a los sindicatos, porque es absurdo decir que los salarios son demasiado altos o demasiado bajos --son los que son, y punto--, igual de absurdo que decir que el precio del ácido sulfúrico o el de la cerveza son altos o bajos. Tampoco se trata de echar la culpa a las malas expectativas empresariales y a la deprimida demanda agregada resultante, porque inmediatamente sobreviene la pregunta de por qué la demanda de inversión se tiene que deprimir necesariamente cada cierto tiempo, igual que en otros momentos se tiene que poner más contenta que unas pascuas.
Se trata de lo que se trata: que este sistema no sólo es contradictorio por naturaleza, sino que es también antinatural en las actuales circunstancias históricas. Si la condición para ganarse la vida por parte de la mayoría es dejarse explotar en el trabajo --trabajar para el inglés, como diría un castizo--, ello no puede hacernos olvidar que también éste se ve obligado (como el trabajador o el castizo) a comportarse como lo hace --pues es el sistema, y no el individuo, el que impone siempre sus pautas en último término--. La conclusión no puede ser otra que la siguiente: el termostato capitalista se para por las mismas razones por las que se echa a andar, por razones que residen en la propia naturaleza del termostato --es decir, por el mero hecho que, al ser un termostato, tiene que pasar por dos fases alternativas--, y no por la presencia de factores (o infortunios) externos, ya se trate de externos en el sentido literal ("la crisis siempre viene de fuera, del extranjero") o en el figurado (la culpa la tiene el enemigo interior y quintacolumnista del Estado propio, asociado a la fuerza monopolística de los sindicatos nacionales, enemigo que, aunque interior, desde luego, en el sentido geográfico-político, no deja de ser un factor exógeno perturbador desde el punto de vista de la teoría económica convencional, anclada en la supuesta belleza ideal-constructiva del modelo micro-macroeconómico ortodoxo del mercado)."
Me parece curioso porque a pesar del título, no dice que el desempleo sea necesario, sino que es una consecuencia del "lógico proceso de bonanza/crisis que presenta el capitalismo". Proceso que dicho sea de paso no es lógico ni obligatorio como indica el autor.
El capitalismo busca maximizar el beneficio, nada más. Si en un sistema determinado se maximiza con un 100% de paro, o con un 0% no importa, se trata de un elemento productivo más. Simplemente, no es el objetivo. Es más, podría decirte que en nuestro mundo, los empresarios prefieren el pleno empleo porque eso aumenta la capacidad de consumir de la sociedad, y por lo tanto maximiza la venta.