Yo si que en vez de calma los ponía a cavar la huerta...

La directiva cierra filas en torno al vestuario y asume que «sólo queda aguantar el chaparrón» a la espera de un triunfo que alivie la crítica situación
J. ORTIZ DE LAZCANO
El anterior desastre en San Mamés, el 1-1 ante el Celta, puso en marcha el cambio en el banquillo. José Luis Mendilibar dejó paso a Javier Clemente. El regreso del baracaldés al campo bilbaíno se cerró con un resultado aún peor, 0-2 para el Alavés. Mientras el pesimismo se abre paso, Javier Clemente pidió ayer a su vestuario calma y tranquilidad.
Todo en un momento en el que, de repente, el entorno rojiblanco ha tomado conciencia de la dura realidad. Hasta ahora, la mala campaña se veía como un mal sueño del que tarde o temprano se iba a despertar. Ahora, todos los estamentos del club asumen que éste vive el peor momento deportivo de su historia y que puede ser tragado por la Segunda A. Que el asunto es tan grave como lo parece. La sensación de crisis total, de que el fin del camino en Primera se acerca peligrosamente, se ha disparado.
En medio del naufragio, Clemente advirtió ayer a su plantilla de que la única estrategia válida en estos momentos es mantener la calma. El entrenador reunió a sus jugadores antes de la sesión de recuperación en Lezama y les explicó cómo deben afrontar la más dura situación que han conocido en el fútbol. La prioridad, cree, es tranquilizar a los jugadores, que salgan al campo sin pensamientos fúnebres en la cabeza. Por eso, ni siquiera reprochó a los futbolistas sus fallos ante el Alavés. Lo que hizo fue pedirles jugar sin miedo ni agobios. Es decir, recuperar el fútbol suelto que llevó a este equipo a ser uno de los más brillantes de la Liga sólo unos meses atrás.
Yeste no tuvo inconveniente en narrar ayer el sentido de la última conversación de Clemente con su vestuario. «Nos ha pedido que estemos tranquilos, que dentro de lo jodida que es la situación, si además estamos cabizbajos y asustados, no vamos a conseguir nada. Nos pide que confiemos en nosotros y en lo que debemos hacer, que ese es el único camino para salir de abajo».
Directiva aterrorizada
Mientras Clemente intenta levantar la moral del grupo, la junta directiva vive aterrorizada por el complicado escenario que tiene por delante. Fernando Lamikiz, el presidente, se ha retirado del escenario. Con cortesía, atiende las llamadas de los periodistas, como hizo ayer con este diario, pero se niega a salir a la palestra de las declaraciones públicas.
La última vez que intervino fue el día que destituyó a Mendilibar. El argumento que utiliza para su periodo más prolongado de 'silenzio stampa' es un ejercicio de puro pragmatismo. Como, según él, sus manifestaciones se malinterpretan, lo mejor es permanecer callado y pasar inadvertido.
Como hace siempre, Lamikiz bajó a la conclusión del partido al vestuario. Fuentes del club consultadas por este periódico indican que se le veía muy afectado y que, a diferencia de otras ocasiones en las que trasladó ánimos, esta vez se limitó a saludar a los jugadores.
Desde la junta se intenta ofrecer una imagen de sintonía total con el vestuario en un momento de grave crisis. «Son los jugadores quienes deben sacar esto adelante. Por eso, deben tener todo nuestro apoyo. El equipo lo pone todo y le echa ganas. No tenemos nada que achacar a los jugadores», indicó a este periódico un directivo rojiblanco.
No se trata de una unidad de fachada. Por ejemplo, uno de los asuntos más debatidos ayer por los dirigentes fue que se pitara a Yeste por segundo partido consecutivo en San Mamés. «La gente la ha tomado con Fran. Abroncándole no ganamos nada».
La directiva asume que no tiene apenas margen de maniobra, que una vez que ha cambiado de entrenador poco más puede hacer en estos momentos para empujar al equipo en la buena dirección. Los dirigentes han quedado citados esta noche en Ibaigane. A partir de las ocho de la tarde analizarán la gravísima situación del club.
La cumbre no aportará novedades, según las fuentes consultadas. «Las decisiones que había que tomar, ya se tomaron. Nos limitaremos a hacer terapia de grupo porque todos estamos muy tocados anímicamente. Lo único que nos queda es mantener la tranquilidad, buscar un clima propicio para salir adelante y, sobre todo, esperar que llegue cuanto antes un resultado que alivie la situación», adelantó una fuente del equipo de gobierno rojiblanco.