Sólo hay dolor si se hace mal: Demasiado rápido, o demasiado bruscamente. Es importante tener muy en cuenta que en la penetración anal, el ritmo de "entrada" debe ponerlo la chica. Ella va a ser la que haga que el pene entre más o menos, o nada. Nosotros debemos estar ahí, estimulando, provocando, "llamando a la puerta", pero hay que tener el suficiente control como para dejar que sea ella la que haga que entremos, y nunca querer entrar si ella se queja o se retira. Hay que hacer que ella lo desee, y que sea ella la que empuje hacia dentro.
Si dejamos que ella controle el ritmo de la penetración... Es una auténtica pasada disfrutar de cómo pierden el control de sí mismas y llegan a unos orgasmos increíbles.
