Alonso, contra flechas plateadas y caballos rampantes en América
El español Fernando Alonso (Renault), líder destacado del Mundial de Fórmula Uno, afronta, a partir de este fin de semana, el periplo norteamericano del campeonato, que abarcará, en dos domingos consecutivos, los Grandes Premios de Canadá y Estados Unidos, en Montreal e Indianápolis.
Las flechas plateadas (McLaren Mercedes) y los caballos rampantes (Ferrari) serán los principales escollos que se encontrará en su aventura americana el asturiano Alonso, que encabeza el Mundial con 54 puntos, más del doble de las unidades que suman sus inmediatos perseguidores, tras la disputa de las primeras siete carreras.
El finlandés Kimi Raikkonen (McLaren) y su ex compañero italiano Jarno Trulli (Toyota) contabilizan 22 puntos, 32 menos que el calculador conductor español, que ha ganado cuatro carreras -los Grandes Premios de Malasia, Bahrein, San Marino (en la pista italiana de Imola) y Europa (en el Núrburgring alemán)- y sólo se ha quedado fuera del podio en una (fue cuarto en Mónaco), tras un arranque de temporada que invita a soñar en una gesta sin parangón.
Alonso, de sólo 23 años, batió, hace dos campañas, los récords de precocidad en arrancar desde la 'pole', en subir al podio (ambas en Malasia), en ganar una prueba (en Hungría) y en marcar la vuelta rápida en carrera, precisamente en Montreal. Y esta temporada marcha firme en su afán de convertirse en el más joven de la historia en ganar el Mundial de la categoría reina, plusmarca que detenta el brasileño Emerson Fittipaldi, que lo consiguió con 25.
De momento, el piloto asturiano ya ha sumado en siete carreras los mismos puntos que los que obtuvo durante toda la temporada pasada -en la que se disputaron 17 pruebas, dos menos que las previstas en el calendario 2005-.
Fernando se encontrará de nuevo con la firma oposición de los McLaren Mercedes de Raikkonen y del colombiano Juan Pablo Montoya, tanto en Canadá, donde el domingo próximo se acelerará en el circuito Gilles Villeneuve, como en Estados Unidos, donde el famoso óvalo que alberga las 500 Millas de Indianápolis -el circuito de F1 abarca la mitad del mismo y 'culebrea' entre dos de sus curvas- albergará la novena prueba del campeonato.
Kimi llega a Norteamérica con ganas de revancha, sobre todo tras el desenlace de la última carrera, en el Nürburgring alemán, en la que el colombiano fue séptimo y Alonso le arrebató el triunfo en la última vuelta, cuando se rompió la suspensión delantera derecha del bólido del nórdico, presionado duramente en los giros anteriores por el español, que encontró la suerte que supo trabajarse con ahínco, en un final de auténtica locura.
En estos dos Grandes Premios también cabe esperar una reacción de Ferrari, que lleva ocho carreras seguidas sin ganar, récord negativo desde que el séptuple campeón mundial Michael Schumacher lidera el equipo de Maranello, para el que ha ganado, de forma consecutiva, los cinco últimos mundiales.
Su último triunfo, el octogésimo tercero de su carrera, data del Gran Premio de Japón, el año pasado, en Suzuka. Y el día que llegue su victoria 84 la festejará con creces. Al germano se le da muy bien Canadá, donde podría mejorar otro de sus múltiples récords si lograse ganar el domingo: ocho éxitos en el mismo Gran Premio.
En el de Europa, hace dos domingos, los coches rojos comenzaron a ver la luz al final del túnel, con el podio del brasileño Rubens Barrichello y el quinto puesto de "Schumi". Pero les falta un triunfo en 2005, que buscarán estas dos próximas semanas.
De momento, el francés Jean Todt, director de la 'Scuderia', debe de estar harto de ver ganar a españoles este año. Para olvidarse de las cuatro victorias de Alonso y de que sólo van quintos en el Mundial de constructores, no se le ocurrió mejor idea que irse el domingo al tenis, donde presenció el brillante triunfo de Rafael Nadal en Roland Garros. Sentado justo detrás del Rey Juan Carlos.
El año pasado, el Kaiser y Ferrari impusieron una tiranía deportiva que también se hizo notar en Norteamérica, donde Schumacher ganó las dos pruebas. Alonso, por contra, tuvo muy mala suerte. Tras dos salidas espectaculares en ambas carreras -sobre todo en la de Indianápolis- y cuando rodaba tercero, sufrió sendos abandonos: por un problema de transmisión, en Montreal; y por el reventón de la rueda trasera derecha en la MotorSpeedway de Indiana.
Esta vez, espera lograr los éxitos que se le negaron la campaña anterior. Al asturiano le sobra talento y su R25 funciona a las mil maravillas, motivo por el cuál la escudería de Flavio Briatore encabeza también el torneo por equipos con 76 puntos, 23 más que la McLaren de Ron Dennis, a quien el italiano lanzó una trompetilla verbal en la rueda de prensa que ofreció el lunes en Madrid, donde se dejó ver en los toros y en un conocido restaurante capitalino.
Alonso apunta muy alto en dos carreras que serán importantísimas para el desarrollo de un Mundial que el español seguirá liderando, aún en el peor de los casos, cuando abandone Norteamérica.