Mi libreta

Hace ya algunos años, me dio por escribir cosas en una libreta que acabe perdiendo, pero aún recuerdo alguna de las historias que escribí en el.
Aquí va una;

El pequeño Dani
Dani era un chico de ciudad, que cursaba sus estudios en un colegio publico como hacían todos sus amigos del barrio, con la única diferencia que a Dani le costaba mas trabajo aprobar que a sus compañeros, porque estaba privado del sentido de la vista.
A el, ir a la escuela se le hacia muy pesado, y esperaba con ansia la llegada del verano para poder ir al pueblecito de su padre a pasar las vacaciones para olvidarse de exámenes, deberes y todas esas labores que tan costosas se le hacían.
Allí en el pueblo, su pasatiempo favorito era levantarse temprano para ir a pasear por el camino del molino, asta llegar a una pequeña cascada situada entre chopos, que la gente del pueblo utilizaba a modo de piscina natural, una vez allí nuestro amigo se sentaba largas horas en una gran piedra situada a tan solo un par de metros de la cascada. La gente se extrañaba de su rara actitud y todos lo miraban pero nadie se atrevía a entablar conversación con el. Pero un día unos turistas después de pasar una agradable jornada estival junto a sus dos pequeños hijos, se acercaron a el y agachándose a la altura de su cara y desconociendo la minusvalía del pequeño, la mujer del joven matrimonio le pregunto:” Hola pequeñín puedo preguntarte porque no te has movido en toda la mañana de esta piedra y no te has bañado con todos los chicos”Dani ladeando un poco su cabecita y encogiéndose un poco de hombros le respondió que era ciego y le daba miedo bañarse.
La mujer asombrada le pregunto;
“Y entonces que haces tantas horas aquí sentado”
“Contemplar la belleza de esta cascada de agua”
“Pero si no puedes verla” le replico.
El pequeño sin apenas moverse y volviendo su rostro le dijo; “Tal vez no sea capaz de verla , pero si soy capaz de escuchar el sonido del agua rompiendo en las rocas, también puedo notar como pequeñas gotas van impregnando mi cara, puedo oler la humedad que desprende y cuando tengo sed sus aguas cristalinas me dan de beber”
La mujer se volvió con su familia y se dio cuenta que aquel pequeño, le había dado una lección ese día y la lección es que en infinidad de ocasiones dejamos que un sentido predomine sobre el resto, y olvidamos que disponemos de otros sentidos que nos harán disfrutar mas de las cosas de las cosas bellas que tiene vida.
Recordad, cuando disfrutéis de algo maravilloso, no olvidéis utilizar todos los sentidos para poder vivirlo con la mayor plenitud posible.

P.D. Se me olvidaba, si veis a Dani sentado en algún sitio, sentaos junto a el, cerrad los ojos y dejaos llevar por los sentidos..............