El Balonmano Ciudad Real logró su primera Supercopa de España al derrotar al FC Barcelona por 29-32 después de un encuentro emocionante en el que se ha notado la falta de rodaje de los dos equipos, y que ha precisado de una prórroga, decantándose a favor del equipo que ha estado más acertado en los momentos decisivos.
El Barcelona tomó la iniciativa en el marcador en los primeros compases del encuentro (3-0, min. 4) con el danés Jeppesen letal en el lanzamiento exterior, aunque la defensa ?seis-cero? del equipo de Juan De Dios Román frenó la ofensiva barcelonista para empatar rápidamente la contienda (3-3, min.
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La velocidad en ataque la puso el Barcelona y esto le permitió abrir una brecha en el marcador después de varios aciertos de Jérome Fernández. Esto obligó a Román a pedir tiempo y cambiar su defensa a ?cinco-uno? con el egipcio Zaky en posición adelantada.
El esloveno Pajovic y el danés Jacobsen lograron equilibrar de nuevo la contienda (9-9, min. 25) y poco cambiaron las cosas al descanso con desaciertos por ambos lados (10-10).
El Ciudad Real se puso por vez primera por delante en el marcador al comienzo de la segunda mitad (10-11) y el partido entró en una fase de ataques y contraataques de ambos equipos. Jeppesen y Nagy, por un lado, y Trives y Urios, por el otro, impidieron que nadie lograse una ventaja clara.
Urios, pletórico en ataque
Pero el Ciudad Real se centraba en defensa merced a los aciertos de Hombrados y dejó al Barcelona en blanco para irse por delante con claridad (18-23, min. 48) con Rolando Urios demoledor desde los seis metros.
Todo parecía sentenciado, pero los contraataques del pequeño extremo esloveno del Barcelona, Luka Zvizej, rompieron la ordenada defensa de los castellano-manchegos que, además, fueron severamente castigados con exclusiones y se encontraron con un Barrufet que realizó cinco paradas extraordinarias en otros tantos ataques consecutivos de los rivales y el marcador dio un giro espectacular (25-23, min. 58).
El Ciudad Real estuvo diez minutos en blanco, pero la experiencia es un grado y no dio el partido por perdido. Kallman y Urios lo entendieron así, forzando una merecida prórroga (25-25) después de que un tiempo había sido para cada equipo.
El Barcelona pagó muy caro el esfuerzo que había hecho para remontar los cinco tantos en contra de la segunda mitad y en la prórroga siempre fue por detrás en el marcador y perdió oportunidades claras para equilibrar la contienda ante el meta Sterbik. Jonas Kallman aprovechó las suyas ante Barrufet y esto decantó la balanza para el Ciudad Real (29-32).