¿Quien es Aznar?

JOSE MARIA AZNAR LÓPEZ
Fue Presidente del Gobierno de España desde el 05 de Mayo de 1996 al 17 de Abril de 2004, consiguiendo mayoría absoluta en las elecciones del año 2000. Nació en Madrid el 25 de febrero de 1953.
Nieto de Manuel Aznar Zubigaray (1894-1975) embajador de España ante la ONU (1964-1967), Marruecos, Argentina y la República Dominicana, y como ministro plenipotenciario en Estados Unidos; fundó o dirigió varias cabeceras de prensa en el País Vasco, Madrid y Barcelona, incluido el diario La Vanguardia, así como la agencia EFE, y escribió libros de historia contemporánea.. Hijo de Manuel Aznar Acedo (1916-2001) En los primeros años cuarenta fundó los periódicos Hoja Oficial de Alicante, Avance y Levante, y en 1967 se convirtió en el primer director de la Escuela Oficial de Radiodifusión y Televisión, dependiente del citado ministerio.
Cursó la carrera de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y tras obtener la licenciatura en 1975, año de la muerte de Franco, Aznar se presentó con éxito a oposiciones al cuerpo de inspectores de finanzas del Estado. En 1976 entró en el funcionariado del Ministerio de Hacienda.
Por primera vez desde 1933, el 3 de marzo de 1996 recibía el mandato popular para formar el Gobierno de la nación. Aznar se fijó como tareas básicas recortar el déficit de las cuentas del Estado -del 4,4% del PIB-, liquidar deudas, asfixiar la inflación –el 3,5% interanual- y estimular la actividad generadora de empleo en el sector privado; entonces, la tasa de paro sobre población activa era, según la encuesta oficial, del 22,9%, un valor elevadísimo que no tenía parangón en Europa occidental produjo resultados positivos en forma de crecimiento estable y saneamiento financiero, permitiendo al país afrontar con confianza el cumplimiento de los cinco criterios de convergencia requeridos para participar en la tercera fase de la UEM el 1 de enero de 1999 -algo que parecía más que incierto a comienzos de 1996-, a saber: déficit de las administraciones públicas inferior o igual al 3% del PIB; deuda pública acumulada inferior o igual al 60% del PIB; inflación promedio no superior en 1,5 puntos a la media de los tres estados miembros con la tasa más baja; tipo promedio de interés nominal a largo plazo no superior en dos puntos a la media de los tres estados con los precios más reducidos; y, mantenimiento de la peseta en la banda de fluctuación fijada por los mecanismos de cambio del Sistema Monetario Europeo (SME), al menos durante dos ejercicios anuales.
En el Consejo Europeo de Bruselas de mayo de 1998 España fue certificada como uno de los once estados de la futura zona del euro, con lo que se lograba un objetivo económico, pero también político, primordial.
En 1999, la Seguridad Social, sometida al ahorro del gasto pero también beneficiada por el aumento del número de cotizantes, convirtió su déficit que en 1996 había sido de 320.126 millones de pesetas (1.924 millones de euros) en un superávit de 66.719 millones (407). Doce meses después el saldo positivo era ya de 449.075 millones (2.699), equivalente al 0,4% del PIB, de manera que el Gobierno pudo crear un fondo de reserva susceptible de engrosarse con aportaciones anuales y se sintió autorizado para asegurar la continuidad del sistema público de pensiones por lo menos durante tres décadas.
Fue el anfitrión en Madrid los días 8 y 9 de julio de 1997 de la reunión del Consejo Atlántico al nivel de jefes de Estado y de Gobierno que aprobó el ingreso en la OTAN de Polonia, Hungría y la República Checa en 1999.
Fue el artifice de la supresión del Servicio Militar obligatorio de nueve meses vigente nada menos que desde 1770, y la transición al Ejército profesional instituidas en el proyecto de ley del Régimen del Personal Militar aprobado por el Consejo de Ministros en agosto de 1998, luego de que el Congreso diera luz verde a la desaparición de las penas de cárcel para los insumisos que se negaban a realizar tanto el Servicio Militar como la Prestación Social Sustitutoria (PSS) reservada a los objetores de conciencia.
Bloqueó decisiones del Consejo Europeo –donde todo ha de acordarse por unanimidad- cuando advertía un perjuicio severo para España. .Aznar se sintió autorizado para hacer valer sus posturas en el Consejo Europeo después de haber conseguido cuadrar el balance de ingresos y de gastos, satisfacer los criterios de convergencia y meterse en el euro, sin pasar grandes apuros de última hora y sin provocar alteraciones de la paz social, al contrario que en Francia, Alemania o Italia. A partir de la fecha clave del 1 de enero de 1999, Aznar se convirtió en el más preclaro abogado del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), por el que los países de la UE se comprometen a prolongar indefinidamente la disciplina presupuestaria, manteniendo el déficit público por debajo del 3% del PIB a corto plazo, y aproximándolo al equilibrio o alcanzando el superávit a medio y largo plazo. Los operadores financieros se quitaron el sombrero ante el éxito de España, que rompió el tópico de país sureño manirroto o heterodoxo en el manejo de los dineros públicos, y los principales líderes de la UE aprendieron a respetar la seriedad y el aplomo de su colega español.
Las elecciones del 12 de marzo de 2000 supusieron un triunfo sin precedentes para el PP que le acercó a la barrida espectacular del PSOE en 1982: con una participación del 70,6%, siete puntos menos que en 1996, el partido del Gobierno rebasó la barrera de los 10 millones de papeletas, ascendió al 44,5% del voto y ganó 183 diputados, ocho por encima de la mayoría absoluta. El PP fue la lista más votada en 42 de las 52 circunscripciones provinciales y en 14 de las 17 autonomías, todas excepto Andalucía, Cataluña y el País Vasco..
Entre 2000 y 2003 la economía nacional creció a un ritmo anual del 2,8%, por encima de los promedios de la OCDE, y más acusadamente aún, de la UE. En 2002 España fue el tercer país comunitario que más creció, un 2%, detrás de Irlanda y Grecia, tasa notablemente superior a las registradas en Francia, Italia y Alemania. Otro indicador para la distinción, el déficit de las administraciones públicas, que en 2000 fue del 0,9% del PIB, siguió descendiendo cada año hasta que en 2003, por primera vez en la historia de España, se convirtió en superávit, concretamente 2.480 millones de euros, el 0,3% del PIB. El dígito resultaba de sumar los déficits de las administraciones central, autonómicas y locales, y el sobrante de la Seguridad Social, que en 2003 rebasó los 7.000 millones, el 1% del PIB.
Este año electoral, el Gobierno popular, el Estado y la sociedad entera vivieron unos meses muy difíciles por la espiral de asesinatos selectivos, 23 en total, que retrotrajo la situación a los balances mortíferos de principios de los años noventa. En el País Vasco, decenas de atentados conseguidos o fallidos, desmanes callejeros con copiosos daños materiales y un clima de miedo se enseñorearon en determinados núcleos y sectores de población. La necesidad palmaria de fortalecer la unidad de acción democrática, al menos con el PSOE, condujo el 8 de diciembre de 2000 a un nuevo pacto de Estado antiterrorista, el llamado Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, que se declaró abierto al PNV siempre y cuando rompiera con el proceso de Estella. Javier Arenas por el PP y el recién elegido secretario general del PSOE, José Luis Rodriguez Zapatero firmaron un documento que ligaba el combate eficaz contra el terrorismo a la defensa de los derechos y libertades individuales recogidos en la Constitución.
El Gobierno de Aznar desató una verdadera contraofensiva en los terrenos policial, judicial, legal e internacional que pronto generó resultados y redujo, incluso drásticamente, los niveles de violencia. Policialmente, desde el último cuatrimestre del año 2000, las fuerzas de seguridad empezaron a desarticular comandos y grupos de apoyo uno detrás de otro, mientras que al otro lado de la frontera, la Policía y la judicatura francesas multiplicaron los arrestos, los encarcelamientos, las expulsiones y las extradiciones a España de miembros de la dirección de la banda. En noviembre de 2000 cayó el considerado máximo jefe de ETA, Ignacio Gracia Arregi, alias Iñaki de Rentería, y en los meses siguientes corrieron su suerte otros miembros del Comité Ejecutivo y los aparatos Político, Militar y Logístico, como José Javier García Gaztelu, Txapote, José Luis Arrieta Zubimendi, Azkoiti, Vicente Goikoetxea Barandiarán, Willi, y Asier Oyarzábal Txapartegi, Baltza. Terroristas muy buscados y con un largo historial delictivo como Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, Ibón Fernández de Iradi, Súsper, y Alberto Félix López de la Calle Gauna, Mobutu, también fueron aprehendidos hasta exactamente el final de la legislatura.
Aznar fue, por primera y última vez, presidente de turno del Consejo de la UE en el primer semestre de 2002. El período coincidió con la puesta en circulación del euro y el arranque, el 28 de febrero, de la Convención sobre el Futuro de Europa o Convención Europea, convocada por el Consejo de Laeken para formular propuestas a una posterior Conferencia Intergubernamental (CIG), que tendría la última palabra, en torno a una serie de cuestiones clave para el futuro de la UE, entre ellas la simplificación de los tratados, el reparto de las competencias, la prosecución de la reforma institucional más allá de los resultados obtenidos en Niza ante la inminencia de la Unión de 25 miembros, y la elaboración de la primera Constitución Europea.
Fue el precursor de un ramillete de importantes acuerdos sobre la liberalización de los mercados energético a partir de 2004 (luego, aquí, Francia dio su brazo a torcer), el establecimiento del espacio aéreo integrado, o Cielo Único Europeo, y el aumento de las dotaciones nacionales a la financiación exterior del desarrollo hasta alcanzar una media comunitaria del 0,39% en 2006, y de Sevilla, el 21 y 22 de junio, que conoció el enésimo enfrentamiento entre Aznar y Chirac a propósito de la demanda del español de imponer sanciones a los países de origen de los emigrantes introducidos clandestinamente en la UE.
Como presidente de turno del Consejo, a Aznar le correspondió representar a la UE en varias citas multilaterales: la cumbre especial celebrada por la Liga Árabe en Beirut (27 y 28 de marzo); una cumbre UE-Estados Unidos en Washington (2 de mayo), ocasión que aprovechó el denominado Cuarteto -UE, Estados Unidos, Rusia y la ONU- para anunciar una conferencia de paz para Oriente Próximo que nunca llegó a celebrarse; la II Cumbre América Latina-UE-Caribe, en Madrid (17 y 18 de mayo), donde se dejó listo para ser firmado en noviembre el Acuerdo de Asociación y libre comercio entre la UE y Chile; la IX Cumbre UE-Rusia, en Moscú (29 de mayo), junto con Vladímir Putin y, de nuevo, Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, y su compatriota Javier Solana, alto representante de la PESC; y, la XXVIII Cumbre del G-8, en Kananaskis, Canadá (26 y 27 de junio).
Antes de las elecciones de 2004, anunció que no se presentaría a otra reelección, por considerar que ocho años gobernando era un tiempo prudencial como para seguir.
Aunque esto no forma parte del relato sobre la figura de Aznar, hay que acabar con los sucesos que ocurrieron a continuación:
Todos los sondeos propios y la gran mayoría de los ajenos daban por segura la victoria del PP, pero diferían sobre si habría reválida de la mayoría absoluta, aunque por escaso margen, o retroceso a la mayoría simple. En el tramo final de la campaña, las encuestas periodísticas aventuraban una victoria del PP con más de cinco puntos de ventaja.
Sin embargo, el jueves 11 de marzo, tres días antes de la cita con las urnas, el país se despertó con una terrible noticia llamada a dejar una huella indeleble en la memoria colectiva y, de manera fulminante, a imprimir un giro de 180 grados al panorama electoral: la muerte de 191 pasajeros y heridas de diversa consideración a 1.460 personas más en el estallido, con escasos minutos de diferencia entre sí -entre las 7,26 y las 7,29 horas de la mañana-, en las estaciones de Atocha, El Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia, al sur y el este de Madrid, de una decena de bombas camufladas en cuatro trenes de cercanías que realizaban trayectos desde las ciudades de Guadalajara y Alcalá de Henares hasta destinos en el norte de la capital.
Es mas larga su biografía, pero supongo que se podrá conseguir más buscando un poco. Lo digo porque veo que alguno desconoce quien es Jose Maria Aznar.