A ver... soy argentino, así que entro en tu categoría de hispano-americano.
Voy a hacer tu test:
-jamás le pegué una mujer
- no las discrimino
- no estoy asociado a ninguna banda de delincuencia juvenil (porque el delito no es lo mío, y porque joven, lo que se dice joven no soy)
- de vez en cuando mojo la tabla, pero en general meo en el inodoro
- a las 3 de la mañana normalmente duermo
Así que en principio, pareciera que podría vivir en España.
Pero tengo algunas dudas,
hacer un asado sería ilegal?
y tomar mate?
y mirar Boca-River por tele?
podría hinchar por la selección argentina o tengo que sufrir con la furia?
los libros de Mafalda los tengo que esconder?
Si escucho un tango puedo ponerme nostálgico ? o tengo que aprender a bailar la jota?
Eso sí, yo aviso, halloween y San Patricio no los voy a festejar, ni allá ni acá, eso me significaría el destierro inmediato por incumplimiento contractual?
Porque esas son tradicciones occidentales, pero a mí me chupan un huevo
El sushi está bien que lo prohíban, me parece asqueroso, y está claro que es una costumbre oriental como el harakiri
Mierda, no se que hacer, voy o no voy??

A ver... en primer lugar, felicitarte por tu normalidad, que me alegra sinceramente compartir contigo.
En efecto, parece que no tendrías problema alguno para integrarte en España.
En cuanto a tus preguntas:
Hacer un asado no sería ilegal. Siempre y cuando no lo hagas en mitad de las escaleras de la finca donde habites. Eso incomodaría a los vecinos además de que resultaría poco higiénico. Me encanta, por cierto, la parrilla argentina. ¿Me invitarías?

Comparto tu gusto por el mate, así como por un amplio espectro de infusiones de todo tipo, así que no te preocupes por ello. Aunque yo no sea una referencia de generalidad, sí puedo afirmar sin miedo que no se te mirará mal por tomar infusiones en España...
Aunque el fútbol no está dentro de mis preferencias, es bastante común también en España el disfrute de tal deporte. Muchos de mis amigos incluso siguen, en España, el clásico enfrentamiento al que te refieres. Brindaría contigo con una Quilmes bien fría si se diera el caso.
En cuanto a tu preferencia por el ánimo a tu selección nacional argentina, no te preocupes. En España está bien visto animar a cualquier selección que no sea la española. Si se grita España-España en voz demasiado alta, Rubalcaba y/o Bermejo pueden enviarte a una patrulla policial acusándote de proferir gritos fascistas subversivos y antidemocráticos, o bien de vociferar, llevándote al calabozo por ello.
Los libros de Mafalda no te recomiendo que los lleves demasiado a la vista... hay mucho coleccionista de ellos en España, y te los pueden birlar...
Si escuchas un tango no sólo te puedes poner nostálgico, sino que apuesto a que te sería imposible no hacerlo (a mí me pasa...) Lo de la jota... hombre, pues depende. Si vas a ir a vivir a Aragón y quieres unirte a un grupo de baile regional, sería recomendable. En caso contrario no es necesario (Entre tú y yo: yo no sé bailar chotis, y soy de Madrid...)
Halloween y San Patricio son fiestas que creo se celebran por mucha gente en Madrid, pero vamos, dudo que el contrato incida específicamente en ellas. Si te decantases por celebraciones de misas negras con sacrificios rituales humanos... ahí igual sí ibas a tener un poco más de problema...
Veo que tampoco te gusta el Sushi. También me alegra coincidir contigo en el no aprecio de la comida de la que tradicionalmente se han venido alimentando los osos. Algas, raíces y pescado crudo no es lo mío. El harakiri tampoco me resulta demasiado simpático. Preferiría cogerme una buena borrachera, tirarme a dos tías pagando lo que fuera menester y después atiborrarme de somníferos. Eso del dolor no me va demasiado... una pena, con lo que me gusta el cuero en las tías...
En resumen, querido amigo, no creo que tengas ningún problema en adaptarte a la vida en España. Lejos de ello, te sentirás un poco como en tu propia casa. Los españoles somos muy hospitalarios con los extranjeros, aunque tengamos muy mala hostia con quien, una vez en casa, nos intente traicionar esa hospitalidad que ofrecemos.
Claro que, a mala hostia, me vas a perdonar... los argentinos no os quedáis cortos.
