
Los secretos que todas tenemos
Todos guardamos secretos a nuestras parejas. Cosas ingenuas, o menos ingenuas. Temas que es mejor pasar por alto para no hacer daño al contrario, aunque tengan que ver con una vida anterior a la relación.
Así, se convierte en tabú, especialmente lo que tenga que ver con sexo y amor, lo que hablas y haces con las amigas en las salidas nocturnas, las típicas ‘mentiras’ que se dicen cuando se inicia una relación para impresionar al contrario. Aunque sean cosas totalmente inocentes o sin maldad, pueden provocar desconfianza.
No es cuestión de mentir, sino de omitir información. La sinceridad es una virtud muy mal pagada que puede llegar a costar la relación.
Hay dos grandes cuestiones sexuales que las mujeres omiten delante de sus parejas : el número de amantes que han tenido (a nadie le hace gracia descubrir que en su lista hace el número 50) y la calidad en la cama de los mismos, y las cualidades de la pareja para despertar la capacidad orgásmica. En el primer caso la cifra acaba reduciéndose a la mínima expresión y en el segundo sufre un aumento proporcional al de los gritos y gemidos que salen de la garganta durante el acto sexual[/b].
Es aconsejable confesar sólo el número real de amantes cuando no se supera la barrera de los cinco. A partir de esta cifra es conveniente reducir la lista o, en todo caso, omitir (que no mentir) parte de las experiencias. Es como el parchís, pero a la inversa: “ellos se comen una y se cuentan 20. Nosotras nos comemos 20 y sólo nos contamos una”.
Con lo que respecta a los orgasmos, ¡que levante la mano quien alguna vez no ha fingido en la cama! Se comienza con uno en la primera relación con él, para no hacerle sentir mal, y se acaba agarrando el gusto, llegando al clímax ficticio tres y cuatro veces cada vez que se hace el amor. ¿Por qué? La presión que ejercen los hombres en la cama para llegar hasta aquí puede bloquear propia capacidad orgásmica femenina, por lo que la única solución viable, si no se quiere acabar con determinadas partes del cuerpo echas añicos, es fingir para acelerar el proceso. Triste, sí, pero real ya que el hombre es incapaz de concebir que una mujer pueda disfrutar de una relación sin llegar al orgasmo. Mejor si se consigue, pero si no, no significa fracaso por ninguna de las dos partes. Así, su inseguridad nos hace convertirlas en las mejores actrices sensuales en su propia alcoba.
Tampoco queda bien revelarse como una auténtica experta en materia sexual en la primera cita de cama. Él a buen seguro desplegará todos los ases de la baraja para dejarla con la boca abierta. Pero es mejor que las habilidades femeninas, juegos y acrobacias se vayan mostrando poco a poco para no queres que salga corriendo. No es tanto un tema de desconfianza, sino el miedo a no poder estar a su altura.
Por último, las fantasías eróticas sólo hay que compartirlas cuando él forma parte de ellas. Realmente ella sería incapaz de confesar que el protagonista de tu sueño picante ha sido el vecino que hoy se ha presentado en la casa pidiéndo sal o el nuevo currito de la empresa. Esto significaría la defunción sexual de la pareja.
El ex, ¡un ‘capullito’!
Peliagudo también resulta el tema de los ex, más cuando el tiempo ha querido que sigá siendo amigos de ellos. Si se conseguido de ninguna de las maneras que ambos se lleven bien, lo mejor es no hablar del tema. Ni de su nuevo piso, ni de su nuevo coche, ni de, incluso, sus numerosas novias. Que ella hayas superado esta ruptura, no significa que su pareja lo haya conseguido también.
Todo es aún peor cuando su ex suegra, que es un cielo, no para de llamarla para tomar café.
¿Ella celosa? Nunca
El tema de los celos parece que va implícito cuando se quiere a alguien, y es que es inevitable sentir hormigas en el estómago cuando él no para de hablar de su nueva compañera de trabajo o cuando su ex le llama en su cumpleaños para decirle lo mucho que se acuerda de esos maravillosos momentos que pasaron juntos. Y cuando hablo de hormigas, me refiero a esas rojas de grandes mandíbulas que le devoran las entrañas cuando su radar detecta alguna mujer cerca.
También se deben ocultar las locuras que a veces los celos la llevan a hacer, como seguirle en más de una ocasión cuando te dice que va al fútbol con unos amigos, o revisar los e-mails o los mensajitos y llamadas recibidas en el móvil. Se comporta como una verdadera espía rusa.
En definitiva, mostrar celos de forma bestial resulta contraproducente para la relación. Enseñar un poco los dientes es gratificante para la pareja, pero insistir mucho sobre esta cuestión puede llegar a resultar agobiante.
Un café con las amigas… y algo más
Lo que pasa en las ‘reuniones’ de sólo chicas, debe permanecer como secreto de estado. Este pacto de silencio hay que respetarlo porque comentarios tontos o ciertas actitudes pueden llevar a malos entendidos si se sacan de contexto.
Y es que en ocasiones es habitual ‘tontear’ con algún recuerdito, simplemente para reafirmar ese ‘sex-appeal’ del que gozábamos en tiempos anteriores y que familia, hijos, casa y trabajo insisten en sepultar. Contar esto sería un suicidio.
Nunca se desvela todo lo que se comenta entre amigas. Tonterías del tipo ‘qué bueno está el novio de Elena’ o ‘yo a ese le haría de todo!!!’, no necesariamente significa que se esté tramando una infidelidad.
Y es preferible omitir lo bien que se llevas con ese compañero nuevo de trabajo con el que últimamente sale a tomar café. Sólo ella sabe que no hay nada, pero a veces las apariencias engañan.
Me confieso
Los asuntos relacionados con el dinero se confiesa siempre!!!
Y por último está el tema de las infidelidades. En este caso la elección corre de la cuenta de ella. Sólo ella debes decidir si contarlas o no. Hay que valorar el riesgo al desvelarlas o el que se corre al callarlas. Las consecuencias de que con el tiempo salgan o no a la luz. ella se plantéate lo siguiente, ¿ha sido un desliz?, ¿sería capaz de repetirlo?, ¿me siento culpable por mi pareja?, ¿siento algo por mi amante? Las respuestas a estas preguntas llevarán o no a confesarle a la pareja.
Fuente:
http://www.corrientesnoticias.com.ar/interior.php?nid=101679 