Jorge58 (sin comentarios)
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« : 28 de Diciembre 2006, 14:41:52 » |
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Digo, por los casos de doping positivos:
Se va 2006, una temporada en la que quedó clara la red de intereses que enmarcan al doping deportivo, un año que se abrió con la huída en plena noche turinesa del equipo austríaco de esquí nórdico. Los entrenados por Walter Meyer (previamente suspendido por 10 años) se fueron a las disparadas tras una redada de la policía al hotel, en la que aparecieron sustancias dopantes.
Por aquel mes de febrero llegaban las primeras noticias de la Operación Puerto, el proceso que aún se lleva adelante en España al médico Eufemiano Fuentes. El doctor Fuentes era famoso por tratar a los equipos top del ciclismo con eritopoyetina (EPO) y demás mejoradores del rendimiento. Además manejaba a maratonistas y los planteles de Real Madrid, Barcelona, Valencia y Betis.
Para abril siguieron los sacudones, cuando Justin Gatlin (campeón olímpico y mundial de los 100 metros) presentó exceso de testosterona en un dosaje. El estadounidense evitó una suspensión a perpetuidad, a cambio de testificar en contra de su gurú, Trevor Graham. A la velocista Marion Jones, otra de las entrenadas por el jamaiquino, le apareció EPO, pero zafó por minucias legales.
Otro que le tiene que agradecer a sus abogados es el yanqui Floyd Landis, sucesor de Lance Armstrong como rey del Tour de Francia. Aunque el menonita estaba sobrecargado de testosterona sintética, sus hombres de ley lograron mantenerle la casaca amarilla de ganador, aunque nadie pueda tomarlo en serio.
Hubo casos rayanos en el absurdo. Al venezolano Aníbal Bello, un lanzador de jabalina ciego, le hallaron norandrosterona (un anabolizante). Y a la pentatleta alemana Hella Boeker le detectaron hidroclorotiazid (un diurético que enmascara drogas) a los 65 años.
Tragicómico es la que están pasando Lance Williams y Mark Fainaru-Wada en una corte de San Francisco. Ambos demostraron en un libro que el laboratorio californiano Balco (con facturaciones de decenas de millones de dólares) proveyó de anabolizantes al ex recordman del mundo Tim Montgomery y a estrellas del béisbol. Cinco personas, incluidas Victor Conte (dueño de Balco) se declararon culpables y afrontan penas menores. Pero el Gran Jurado quiere mandar encarcelar a los periodistas por 18 meses, por negarse a revelar las fuentes que facilitaron la pesquisa.
Más "civilizado" fue el acuerdo que lograron, hace una semana, el grupo farmacéutico Jenapharm y el Comité Olímpico Alemán para indemnizar a casi 200 deportistas de la ex Alemania Oriental, obligados a seguir tratamientos de larga data con esteroides. Cada damnificado recibirá, apenas, 18.500 euros. Habrá que ver si es suficiente para Andreas Krieger, quien en su vida deportiva fue discóbola y se llamaba Heidi. El exceso de hormonas la obligó a realizar una serie de operaciones para eliminar sus órganos sexuales femeninos y afrontar una nueva vida, fuera de las pistas, como hombre.
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