¿Y por qué no?”. Temblad, temblad, malditos. José María Aznar amenaza con Ana Botella. “Lo haría muy bien”. ¿Para cuándo? Alega que ya no está en la política pero, en su entrevista con Ana Rosa Quintana, en Telecinco, ha atado y bien atado a Mariano Rajoy por si éste –en un arrebato de cordura- se le ocurriera el viernes pactar con Zapatero el proceso de paz que, por cierto, aunque parado, se encuentra seguro. Sentencia de Aznar: un acuerdo entre Rajoy y Zapatero no es posible porque la política antiterrorista no es la misma. Además, ojo, “el país, como la familia y la empresa, se puede romper”. Pocas bromas, pues, con ZP.
O sea, que cuidadito Mariano, no te dejes embaucar por Zapatero. Cuidadito porque, a pesar de que a Aznar “la política cotidiana” no le interesa y el estadista de las Azores no desciende a los pequeños detalles, en su casa tiene la solución de España. En su casa y, para ser más exactos, en el Ayuntamiento de Madrid. El ex presidente comparte solución con Gallardón, que se vaya enterando el alcalde. Ni Rajoy, ni Esperanza, ni Gallardón, hasta aquí podíamos llegar. Ana Botella, presidenta. El amigo de Busch sueña con ser Clinton. Si Hillary puede llegar a la Casa Blanca, ninguna razón impide que Ana se instale otra vez en la Moncloa, pero en esta ocasión como presidenta.
La política ahora es Ana
Aznar se ha aparecido en carne mortal a los españoles a través de la televisión. Aquí estoy yo. Y, si no, aquí está Ana, mi señora, que es ahora la política de la familia. El lunes por la tarde/noche, Botella, al lado de Rajoy y de Acebes, estuvo donde debía estar. Acudió a la presentación de La gran revancha, el libro escrito por los eximios periodistas Carlos Dávila e Isabel Durán, más afines al PP que el propio Fraga Iribarne. Isabel Durán se ha especializado en literatura aznarí. En octubre de 1999 publicó otro libro sobresaliente (más que nada por su volumen). Lo redactó entonces con José Díaz Herrera y es una hagiografía de Aznar.
¿Cómo termina ese libro de hace siete años, titulado Aznar. La vida desconocida de un presidente? Es muy significativo y hasta paradójico el final, sobre todo leído con los ojos de hoy, cuando todo esfuerzo encaminado a dialogar con ETA, buscando el fin de la violencia, es obscenamente combatido por el PP y sus terminales mediáticas. O cuando la palabra paz se ha transformado –en el vocabulario de la derecha- en una especie de blasfemia o palabra proscrita.
"Un camino largo y difícil"
El libro acaba del siguiente modo: “El 26 de agosto (de 1999), durante una visita a Valladolid, el presidente del Gobierno acusa a ETA y a HB de bloquear el proceso. Pero aún abriga alguna esperanza. “Estamos ante un camino largo y difícil. Comprendo que en este proceso haya dificultades pero sigo con las esperanzas intactas. Quiero y busco la paz, sólo la paz y nada más que la paz”, declara poco después. Cinco años y unos meses después de que ETA quisiera asesinarle (…) “Aznar el Breve”, según los socialistas, sigue empeñado en recorrer el largo y tortuoso sendero que conduce a la reconciliación. Un sendero lleno de trampas y provocaciones (…) Con la lección de la historia bien aprendida, el dirigente popular no ceja en su empeño. Que sea para bien”.
Durán y Dávila atacan
Ahora, el libro de Durán y Dávila arremete contra Zapatero, al que acusan de crear “un odio perfectamente calculado para dividir a los españoles”, mientras que la evocación de su abuelo, el capitán Lozano, no es más que el reflejo de una “revancha íntima y personal”. Los autores se ceban de forma grosera e insidiosa, aparte de falsa, en el abuelo de Zapatero, cuyo único delito fue el de ser leal al Gobierno legítimo y legal de España, el de la II República.
¿Botella presidenta?¿Por qué no?
Este tipo de amalgama de sal gruesa e insultos a granel –un periodismo que recuerda el impuesto por el franquismo- hace las delicias, por lo visto, del presidente del PP, del secretario general del partido y de la esposa del ex presidente del Gobierno. Los tres aplaudieron con numerosas muestras de asentimiento, entre la euforia general del auditorio. Y a esas horas aún se ignoraba la buena nueva. “¿Botella, presidenta? ¿Por qué no?”
Eplural.com
Que chuleria y despotismo va paseano este caballerete
