A ver, yo no creo que mintiese, ni que los psicologos fuesen unos patanes, sino que esto es un caso único en el mundo, y no hay rasero para medirlo. Es como la típica pregunta que plantea un dilema en un caso hipotético "¿Y si ....., que harías?" En estos casos podemos estar convencidisimos, que luego a la hora de la verdad no reaccionas como tu creías.
Estoy contigo en que es un caso excepcional, que con los primeros suele haber una serie de cosas que sirven para los posteriores y cada vez hay más rigor y menos problemas.
Pero supongo que para ser el primer caso, habrán aplicado conocimientos sobre el tema de implantación de órganos (que no viene a ser ni mas ni menos que eso, implantación de un órgano), y puestos a sentir extrañeza, supongo que sería mucho más extraño levantarxse cada mañana y mirarse al espejo viendo otra cara distinta a la tuya, como le sucedió a la señora que pasó por una reconstrucción parcial del rostro (ahora mismo no recuerdo de donde era).
De todas maneras, todo ésto no es más que hacer suposiciones y elucubrar sobre los motivos que pudiera tener el señor para rechazar el nuevo miembro viril. Como ya dije, tiene que ser muy duro (en este caso me da que era poco duro), el aceptar que el reflejo externo de tu virilidad es de otra persona.