ECONOMÍA Y POLÍTICA 29/08/2006
Después del tabaco y del alcohol, le tocará el turno a las gasolinas: el Gobierno estudia ya la posibilidad de subir los Impuestos Especiales que gravan los carburantes, que se encuentran prácticamente congelados desde hace seis años. El aumento sería progresivo; aunque no “inmediato”, según fuentes del Ministerio de Economía.
Varios son los argumentos que avalarían la decisión de elevar la fiscalidad de los carburantes. Primero, y principalmente, el proceso de armonización fiscal con la UE. La Directiva de la Energía obliga a subir la tributación en este ámbito antes de 2012. El impuesto del gasóleo será uno de los más afectados por esta armonización y deberá incrementarse en 36,1 euros por cada mil litros de carburante antes de la fecha tope.
Esto supondría una subida de más del 10%, repartida en un máximo de seis años, del coste que paga ahora el consumidor. Los gravámenes del Impuesto sobre Hidrocarburos, que se encuentran entre los más bajos de la UE –sin contar los diez nuevos socios–, son una tasa fija por cada mil litros de carburante: 270 euros para el gasóleo; 372 euros para la gasolina sin plomo de 95 octanos; y 403 euros, para la sin plomo 98 o la súper 97.
Además, los combustibles están gravados con un IVA del 16%, entre los tipos europeos más bajos. Todo ello hace que la fiscalidad de las gasolinas sea en España de las más bajas de la UE –lo que en gran medida explica que los precios de gasolinas y gasóleos sean igualmente de los más bajos–, y concede cierto margen para que el Ministerio de Economía y Hacienda vaya elevando los impuestos.
Fuentes del sector petrolero consultadas por EXPANSIÓN han dado por segura una subida del impuesto sobre hidrocarburos en 2007. Por su parte, fuentes de Economía no se pronuncian sobre un horizonte a largo plazo; sólo insisten en que el Gobierno “no tiene prevista una subida inmediata” del gravamen.
Según las fuentes consultadas, el equipo de Pedro Solbes ya tenía preparado el año pasado el estudio de la subida del impuesto sobre hidrocarburos, para ir eliminando gradualmente el diferencial con Europa. Pero esta subida se paralizó, pues se dio prioridad a otros Impuestos Especiales: hace un año, dentro de las medidas para hacer frente al déficit sanitarios, el Gobierno acordó elevar los gravámenes sobre el tabaco y las bebidas alcohólicas y facultó a las autonomías para subir su gravamen sobre las gasolineras, el llamado céntimo sanitario.
Otro argumento para elevar el gravamen sobre hidrocarburos es el bajo crecimiento de la recaudación de este impuesto, por el menor consumo de carburantes debido al encarecimiento del petróleo, entre otros factores –ver información adjunta–. Hasta junio, el consumo de combustibles había caído un 1,3% respecto al año anterior.
Cae con fuerza la demanda de gasolina, pues continúa el traspaso de conductores hacia vehículos diesel, mientras que el crecimiento del gasóleo de automoción se mantiene estable en torno al tres por ciento. Hasta la fecha, la recaudación fiscal por hidrocarburos ha tenido un comportamiento discreto: aumenta un 2,3% hasta junio.
Pero fuentes del sector apuntan que el consumo de carburantes sigue frenándose en la segunda mitad del año, lo que acabará afectando en los ingresos fiscales. El parón en el consumo ya provocó que en 2005 la recaudación apenas creciera un 0,9%. Y el vicepresidente Solbes ya ha adelantado que en 2007 “los Impuestos Especiales presentarán un crecimiento de tan sólo el 2% debido a la desaceleración del consumo de hidrocarburos y de labores el tabaco”.
El mayor riesgo de la subida fiscal de los carburantes es su impacto en el IPC y en la actividad de los sectores con mayor dependencia de los combustibles. La moderación de los precios del petróleo en los mercados internacionales podría ayudar, según los medios consultados, a suavizar el impacto inflacionista del impuesto.
Los carburantes suben más que la media de la UE
Los carburantes españoles tienen una de las cargas fiscales más bajas de la UE y sus precios de venta al público se encuentran igualmente entre los más reducidos.
A pesar de ello, el encarecimiento del petróleo ha tenido un impacto en el precio final mucho mayor en España que en el resto de sus socios comunitarios. Según los datos que maneja la Comisión Europea, el precio medio del gasóleo de automoción estaba a finales de julio en los 1,002 euros por litro, un 9,23% superior a de diciembre de 2005.
La subida de la gasolina eurosúper era mayor: un 16,08%, hasta los 1,137 euros por litro. El encarecimiento de las gasolinas en lo que va de año supera con mucho el registrado en la media de la UE, sin contar los diez nuevos socios: un 7,64% para el gasóleo, y un 12,84% para la gasolina, hasta un precio medio de 1,147 y de 1,361 euros por litro, respectivamente.
De acuerdo con los datos de Bruselas, a finales de julio los países europeos donde salía más caro repostar combustible eran el Reino Unido, si se llenaba el depósito con gasóleo (1,452 euros por litro), y Holanda, si se cogía el surtidor de eurosúper (1,518 euros por litro). Curiosamente, la diferencia de los carburantes españoles con los del resto de Europa está, sobre todo, en los impuestos.
El precio de los combustibles antes del IVA y de las accisas en España es de los más elevados de la UE.
Despues vendran la subida de nominas no
