Jorge58 (sin comentarios)
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« Respuesta #50 : 24 de Septiembre 2005, 14:37:51 » |
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"Estoy vivo, eso es lo más importante". Luego de haber esquivado una muy brava, de haber estado durante dos semanas luchando por su vida, así definió Carlos Azcurra la felicidad que siente por su vuelta a casa, en el Barrio El Algarrobal. El zaguero de San Martín (M) había sido internado el 11/9, cuando en el clásico ante Godoy Cruz, el cabo Marcial Maldonado le disparó una bala de goma, mientras varios jugadores intentaban frenar la represión policial a los hinchas del Chacarero. Estuvo 12 días internado y al borde de la muerte, pero salió y, ahora, dice que su lucha no terminó: "Dejaré todo para volver a jugar".
Ya en su hogar, tras recibir el alta médica, al defensor le llovió afecto. Familiares y vecinos lo aplaudieron en su llegada y, durante la tarde, lo visitaron amigos y periodistas. "Me emocioné mucho cuando me llamaron por teléfono de una radio de Córdoba y me cruzaron con Carlos Araujo (jugador de Estudiantes). Es un amigo de toda la vida, con el que jugué en Independiente Rivadavia", contó Azcurra, quien el lunes comenzará una rehabilitación para mejorar la respiración.
¿Qué hizo en su primer día fuera del hospital? El mismo lo cuenta: "Llegué a las 11 a mi casa y después de almorzar me tiré a dormir. Me levanté a las 6 (18) y tomé mate, como siempre, je". Igual, el jugador de 28 años no deja de sorprenderse por todo lo que le sucedió: "Me entregué a las manos de Dios y de los médicos. En un momento no podía respirar y me dije ''no, tengo que seguir respirando, ni loco paro''. Encima me operaron sin anestesia. Fue como en las películas, que todos están alrededor tuyo. Hasta me acuerdo de cuando los doctores se pasaban el bisturí".
Por otro lado, Carlos mostró su alegría por las palabras que le dedicó Maradona en su programa, al cual no pudo ir porque tenía fiebre: "Fue un gran apoyo, como el que me brindó toda la familia del fútbol". Claro, ahora debe recomponer su vida: "Me imagino las mejores cosas y quiero hacer lo mismo que antes. Estaba muy acostumbrado a los doble turno, las concentraciones... Voy a extrañar eso". En tanto, al zaguero le sobran ganas de visitar a sus compañeros de equipo: "Ni bien los médicos me dejen, voy a ir a verlos. También quiero ver al Mono (utilero) y a Rosita, la señora que nos da la comida".
Lo peor para Carlos ya pasó. Su pelea, ahora, pasa por volver a las canchas con los botines puestos. Si salió de ésta, tenele fe.
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