Recuerdo dos muy especiales. Bueno alguno más pero no es cuestión de repetir.
Uno fue en los labios, y lleno de lagrimas. Nunca unas lagrimas tan saladas me han sabido tan dulces...

El otro es sexual, una nocha de botellón, despues de estar media hora conversando con una tia preciosa, sin mediar palabra me cogio la mano y me lamio muy lentamente el nudillo del dedo indice de la mano derecha y poco a poco fue besando hasta la llema del dedo y se lo introdujo en la boca lamiendolo. El inicio de una relación increible, intensa pero vacia.