Es muy lamentable el comprobar como se desatiende a focos culturales tan relevantes; más, si cabe, cuando se observa gastos superfluos en otras materias de menor o ínfimo valor.
Cuando se apoyan proyectos pseudoculturales o de "nueva cultura" o se subvencionan a grupos de dudosos gustos estéticos y artísticos, este tipo de noticia produce pavor.
Esperemos por el bien de la música, del arte en suma, que se pueda seguir disfrutando de esa Orquesta Sinfónica y que, al final, todo quede en una falsa alarma.
