Yucateko
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« : 20 de Diciembre 2005, 17:06:19 » |
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¡Oh, divina Belleza! Visión casta De incógnito santuario, Ya muero de buscarte por el mundo Sin haberte encontrado.
Nunca te han visto mis inquietos ojos, Pero en el alma guardo Intuición poderosa de la esencia Que anima tus encantos.
Ignoro en qué lenguaje tú me hablas, Pero, en idioma vago, Percibo tus palabras misteriosas Y te envío mis cantos.
Tal vez sobre la Tierra no te encuentre, Pero febril te aguardo, Como el enfermo, en la nocturna sombra, Del Sol el primer rayo.
Yo sé que eres más blanca que los cisnes, Más pura que los astros, Fría como las vírgenes y amarga Cual corrosivos ácidos.
Ven a calmar las ansias infinitas Que, como mar airado, Impulsan el esquife de mi alma Hacia país extraño.
Yo sólo ansío, al pie de tus altares, Brindarte en holocausto La sangre que circula por mis venas Y mis ensueños castos.
En las horas dolientes de la vida Tu protección demando, Como el niño que marcha entre zarzales Tiende al viento los brazos.
Quizás como te sueña mi deseo Estés en mí reinando, Mientras voy persiguiendo por el mundo Las huellas de tu paso.
Yo te busqué en el fondo de las almas Que el mal no ha mancillado Y surgen del estiércol de la vida Cual lirios de un pantano.
En el seno tranquilo de la ciencia Que, cual tumba de mármol, Guarda tras la bruñida superficie Podredumbre y gusanos.
En brazos de la gran Naturaleza, De los que hui temblando Cual del regazo de la madre infame Huye el hijo azorado.
En la infinita calma que se aspira En los templos cristianos Como el aroma sacro de incienso En ardiente incensario.
En las ruinas humeantes de los siglos, Del dolor en los antros Y en el fulgor que irradian las proezas Del heroísmo humano.
Ascendiendo del Arte a las regiones Sólo encontré tus rasgos De un pintor en los lienzos inmortales Y en las rimas de un bardo.
Mas como nunca en mi áspero sendero Cual te soñé te hallo, Moriré de buscarte por el mundo Sin haberte encontrado. Julián del Casal
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