Un total de 103 personas murieron tras estrellarse ayer un avión de pasajeros en el aeropuerto de Port Harcourt, en el sur de Nigeria. Siete personas de las 110 que viajaban en el aparato salvaron la vida. Decenas de chicos en vacaciones escolares viajaban en el avión, según una emisora de radio.
Un reportero que transmitía desde el aeropuerto dijo que «había en el lugar del accidente una multitud de cuerpos desperdigados y abrasados bajo los restos del avión».
La Autoridad Nigeriana de Aviación Civil (NCAA) cerró el aeropuerto para llevar a cabo una investigación, mientras que los siete supervivientes fueron hospitalizados.
Este es el segundo siniestro aéreo de vuelos comerciales en el país más poblado de Africa en los últimos dos meses.
El pasado 22 de octubre, un Boeing 737-200 de la compañía local Bellview Airlines se estrelló en la aldea de Lisa, cerca de Lagos. Fallecieron las 117 personas que transportaba.
Sosoliso, compañía privada de propiedad nigeriana, comenzó a funcionar como aerolínea para vuelos nacionales en julio de 2002. En la actualidad ofrece vuelos entre seis ciudades del país.
Nigeria, con casi 130 millones de habitantes, es uno de los países de mayor siniestralidad aérea. Los expertos lo achacan en gran medida a la antigüedad de muchas de las aeronaves en uso, superior a menudo a los veinte años, y al defectuoso mantenimiento que se les aplica.
Entre las mayores tragedias aéreas desde el decenio pasado en el país figura la ocurrida el 27 de septiembre de 1992 cuando un Hércules C-130 de transporte militar se estrelló tras despegar del aeropuerto de Lagos. Hubo 163 muertos.
El 7 de noviembre de 1996 murieron las 141 personas que iban a bordo de un Boeing 727 de la empresa privada nigeriana ADC. El aparato se estrelló a unos cien kilómetros al este de Lagos, capital del país hasta hace catorce años y donde aún se concentra la mayoría de la actividad económica nacional.
Más de 150 víctimas perecieron el 4 de mayo de 2002 en la ciudad norteña de Kano, después de que un bimotor de la compañía nigeriana EAS chocara contra unos edificios. Entre los fallecidos figuraban los 76 ocupantes del avión y ochenta personas que estaban en tierra.
La tragedia de ayer convierte esta semana en una de las más luctuosas para la aviación a nivel internacional. El pasado día 6 murieron otras 116 personas después de que un avión militar Hércules AC-130 cargado de civiles chocara contra un edificio de diez plantas en Teherán.
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