Esta historia está dedicada a los más jovenes de este foro, hace años que la rumiaba, no podía dejar de escribirla y daros con ella el coñazo
La petición
Aquel día me bañé
me puse hasta calzones nuevos
no era domingo
pero como si lo hubiese sido
mis pantalones largos planchados
la camisa de cuello y limpia
el pelo repeinado y con fijador,
era la primera vez que lo usaba
y me eché demasiado,
la chaqueta de paño
ya era de mi padre
antes que mía,
tenía los parches en los codos
muy buenos de piel vuelta,
me puse un pañuelito en el bolsillo
blanco y doblado como en el cine
doblé los bajos del pantalón
para que no rozaran
y me ajusté el cinturón de piel
una mirada más al espejo
que me devolvió mi imagen
mil veces vista ese día
Eché a andar con paso firme
dos leguas separaban tu casa de la mía
tu padre echado en el quicio de la puerta
liaba un cigarro con mano sabia
se irguió al verme y me cerró el paso
a que se debe esta inesperada visita?
me preguntó irónico
vengo a hablar con usted, le dije,
Y que desea el señorito?
se podría haber ahorrado el sarcasmo
pero era socarrón tu viejo, si
izando mí barbilla sin temblar un ápice
le expliqué el motivo de mi visita.
Señor, deseo pedirle la mano de su hija
sí las tuyas, esas manos suaves y alargadas
de las que en secreto me había enamorado
en misa de los domingos
y tantas veces admiraba.
Y se puede saber con qué cuenta usted
para avalar semejante petición?
Acaso es usted terrateniente?
O tiene vaquerizas plenas de leche?
Y sus tierras son de riego?
Pues no señor yo no tengo
nada de eso que usted tanto valora
solo mis manos para dar calor a las suyas
solo mi pecho para albergar su amor con el mío
mis espaldas para darle refugio
y mi amor para siempre… si usted lo consiente.
No me dejó seguir hablando
me puso la mano en el hombro
y me habló como si mi padre fuese
chico, siéntate, me dijo
sacó una botella y vasos,
los llenó y bebió
Si vamos a ser familia
debemos celebrarlo,
dijo entre sorbo y sorbo,
bebe y bebamos ahora
y bebí…
y mi garganta se reveló
no estaba acostumbrada
el vino quemaba mis adentros
el siguió llenando y bebiendo.
Pero hemos de acordar
los términos del contrato
decía contento de ver mi apuro
primero has de tener una posición
y una heredad que respalde tu casa
y ella deberá dar su consentimiento
pero por la forma que te mira
desde el zaguán… no creo haga falta
y desde luego habrás de saber aguantar
desde un vino de la tierra a mi mano
que te la estreche con fuerza
esto decía poniéndose en pie
y estrechando de verdad la mía
añadió en voz baja y sin pestañear:
sobre todo chico, habrás de cumplir
el servicio militar y por lo menos
veinte años… así que
hasta dentro de unos diez años
no vuelva usted por aquí.
Tenía por aquel entonces diez años
muchas ganas y una novia
desde aquel día
y ahora que ya los veinte cumplí
volví a por mi promesa,
a beberme unos vinos
y llevarme a casa
a mi mujer
a la que quiero desde niño
y respeto con admiración
como a su padre, ese señor
de manos grandes
y más grandes salidas
pues me dio en una sola
novia, objetivo y bebida
DF
