Yo despues de leer la critica que hacen del programa en El Descodificador de El Mundo, pues como que se me han quitado toooodas las ganas de verlo:
El peor 'late night' jamás visto
Pepe Navarro. (Foto: EL MUNDO)
30 de noviembre de 2005.- No se le pueden quitar las manchas a un leopardo. Pepe Navarro, pionero de la telebasura desde la empresa privada, ha instalado su campamento gitano en la televisión pública.
Los peores augurios se confirmaron después de un primer programa nefasto, que se desmorona no por la zafiedad de sus contenidos, como muchos temÃan, sino por no alcanzar los niveles mÃnimos de calidad exigibles a un 'late night' de gran presupuesto.
Vivimos tiempos televisivos en los que, como sugirió Chateaubriand, sólo se debe gastar el desprecio con economÃa, a causa del gran número de necesitados. Intentaré ser breve.
Porque lo de Navarro no tiene nombre, es un escándalo. Y no porque la televisión pública confÃe las noches a un individuo que encabeza la lista de triunfadores detestables: recuerden que Navarro es, entre otras lindezas, el hombre que convirtió la tragedia de Alcà sser en espectáculo televisivo ('Esta noche cruzamos el Mississippi') y fue condenado por injurias y calumnias a la farmacéutica de Olot al acusarla de haber fingido su secuestro ('La sonrisa del pelÃcano'). Lo de Navarro no tiene nombre, y es un escándalo, porque su nuevo programa es tan malo, tan absurdo, tan ridÃculo y tan vergonzoso como su propio nombre: 'Ruffus & Navarro Unplugged'.
Nada tiene sentido en la apuesta de TVE para competir con Buenafuente y Eva Hache. En 'Ruffus & Navarro Unplugged' no hay orden, ni ritmo, ni guión, ni imaginación, ni frescura. No hay una sola idea nueva, un solo momento brillante, un chiste que haga amagar una sonrisa. No hay ni siquiera un presentador capaz de aprenderse sus textos y liberarse de un puñado de folios en los que debe leer todas y cada una de sus bromas. El programa comenzó con un reportaje sobre el mercado negro de la viagra, siguió con un chiste de Gila extraÃdo de los archivos de TVE, y continuó con la aparición de un personaje llamado Pepelu.
¿Recuerdan al tal Pepelu? Pues la cosa no quedó ahÃ: después salieron Igor, CrispÃn Clander, Rambo... Cuando creÃa haberme librado para siempre de estos personajes de pesadilla, embajadores e ideólogos de las etapas en las que Navarro firmó sus mayores audiencias, veo que han sido resucitados y aparecen de nuevo en pantalla. Y no en una pantalla cualquiera: en la de la televisión pública. Sólo faltó La Veneno.
Alguien deberÃa decir a Navarro, y sobre todo a los directivos de TVE que han contratado sus servicios, que los tiempos han cambiado. Y que sus rivales nocturnos no sólo son capaces de memorizar un guión y de crear nuevos personajes, sino que ofrecen programas modernos y bien realizados capaces de entretener y divertir de manera inteligente. Navarro dijo el lunes, en rueda de prensa, que si su nuevo programa fuera en Telecinco en lugar de en TVE serÃa lÃder desde el primer dÃa. Eso sà tuvo gracia. Yo creo que en Telecinco, cadena privada que no acostumbra a tirar el dinero, jamás hubieran puesto en antena un programa de tan bajÃsimo nivel.
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