Botox

El botox: dáme veneno
Ya no es necesario recurrir al bisturí para eliminar esas arruguitas que tanto nos preocupan. El botox tiene cada día más adeptas y no es para menos. Conoce en qué consiste este nuevo milagro de la estética.

1. ¿Qué es exactamente el botox?
2. Técnica y resultados
3. En buenas manos
4. Botox en España

1. ¿Qué es exactamente el botox?

El botox es un derivado de la toxina botulínica tipo A, pero mucho más seguro, ya que es aplicado en pequeñas cantidades.

Originalmente, esta toxina se utilizaba en alteraciones musculares focales, espasmos musculares excesivos y otros desórdenes neuromusculares, así como el área oftalmológica.

El descubrimiento de su aplicación en el área de la estética vino a raíz de una aplicación de botox bajo la piel de un paciente para sanar unas contracciones involuntarias del párpado.

Tras su aplicación, se pudo comprobar que no solamente desaparecía la molestia sino que además las arruguitas del contorno de los ojos se atenuaban. Así nació una nueva herramienta para la estética que está proporcionando grandes resultados.

2. Técnica y resultados

Consiste en la inyección de esta toxina en la zona a tratar. Inyectar este veneno en dosis adecuadas (en grandes cantidades puede llegar a producir la muerte) bloquea y relaja los músculos, y elimina las arrugas de expresión (como las que se encuentran en el entrecejo).

Por lo general, las personas que recurren a esta técnica aspiran a deshacerse de las marcas en la frente, el entrecejo, las "patas de gallo" y las que aparecen en el labio superior.

Existen casos en los que también se utiliza para alisar el cuello, pero esta práctica resulta mucho más arriesgada.

Los resultados que proporciona esta toxina no son permanentes, ya que el efecto del Botox suele durar entre cuatro y seis meses la primera vez que es aplicado. Al cabo de ese tiempo, debe colocarse de nuevo para mantener los músculos relajados.

Al trabajar a nivel muscular, la técnica del Botox no implica pérdida de sensibilidad, aunque sí de expresividad.

3. En buenas manos

Siempre hay que mantenerse alerta ante las ofertas de tratamientos estéticos. En este terreno suele abundar la inexperiencia y la improvisación.

Antes de dejar su rostro en manos de principiantes, es necesario que se cerciore de la profesionalidad y reconocimiento del centro donde vaya a ser aplicado.

En los salones de belleza y similares no siempre se consiguen cirujanos plásticos, neurólogos, dermatólogos y oftalmólogos, entro otros expertos autorizados para manejar esta técnica.

El uso del Botox es en extremo delicado. En primer lugar, hay que tener un conocimiento preciso de la anatomía humana, así como del manejo de las dosis y los instrumentos.

Entre los efectos secundarios que más se han dado se encuentran: parálisis facial, ptosis palpebral o caída del párpado y cefaleas (12 a 24 horas después de la aplicación). Sin embargo, la distorsión no es para siempre. Después de cuatro o seis meses, el desagradable efecto habrá desaparecido.

4. Botox en España

Los dermatólogos consideran que la aplicación de toxina botulínica es un importante tratamiento para las arrugas de expresión, y que su inyección, una o dos veces al año, suaviza las expresiones no estéticas, mejora las expresiones estéticas y constatan que es el método con mayor incremento de aplicación en los dos últimos años.

Así lo pusieron de manifiesto los 273 dermatólogos de toda España en el XVI Congreso de la Academia Española de Dermatología, celebrado en Logroño.

La toxina botulínica o bótox se utiliza en España desde 2004, ya que hasta entonces sólo estaba permitido su uso clínico, no estético, aunque desde que se autorizó se han realizado más de 36.000 tratamientos con esta técnica, una cifra que sitúa a nuestro país en el tercer puesto de la UE, por detrás de Gran Bretaña y Francia.

Puleva Salud