Tienes razon Canela

Queria seleccionar solo uno o dos, pero es que todos me son tan vividos!
Aqui van algunos de Giaconda Belli, Nicaragüense
ESTARÉ
Estaré dilucidando nubes. Tratando de ponerle a mi corazón la mancha grande del amor. Llevándome en un saco la lluvia junto con mis lágrimas y los poemas que buscan mi medida, la tuya, y están sentados al borde de la acera esperando que yo los recoja, que pueda sacarle a la vida la gran respuesta, el mensaje, la diferencia entre una vida y otra, entre un cielo y una tierra.
ABANDONADOS
Tocamos la noche con las manos
escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
sobándola como la piel de una oveja
negra.
Nos hemos abandonado al desamor,
al desgano de vivir colectando horas en el vacío,
en los dias que se dejan pasar y se vuelven a repetir,
intrascendentes,
sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.
Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad,
sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas,
el hueco de un sacabocados en el pecho,
el recuerdo y el ruido como dentro de un caracol
que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad
y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.
¿Cómo volver a recapturar el tiempo?
¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
hacerlo retroceder acobardado
por nuestra inquebrantable decisión?
Pero... quién sabe si podremos recapturar el momento
que perdimos.
Nadie puede predecir el pasado
cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado
el nombre de la calle
donde
alguna vez
pudimos
encontrarnos.
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PERMANENCIA
Duro decir:
Te amo,
mira cuánto tiempo, distancia y pretensión
he puesto ante el horror de esa palabra,
esa palabra como serpiente
que viene sin hacer ruido, ronda
y se niega una, dos, tres, cuatro, muchas veces,
ahuyentándola como un mal pensamiento,
una debilidad,
un desliz,
algo que no podemos permitirnos>
-ese temblor primario
que nos acerca al principio del mundo,
al lenguaje elemental del roce o el contacto,
la oscuridad de la caverna,
el hombre y la mujer
lamiéndose el espanto del estruendo-
Reconocer
ante el espejo,
la huella
la ausencia de cuerpos entrelazados hablándose.
Sentir que hay
un amor feliz
enjaulado a punta de razones,
condenado a morir de inanición,
sin darse a nadie más
obseso de un rostro inevitable.
Pasar por dias
de levantar la mano,
formar el gesto del reencuentro y arrepentirse.
No poder con el miedo,
la cobardía,
el temor al sonido de la voz.
Huir como ciervo asustado del propio corazón,
vociferando un nombre en el silencio
y hacer ruido,
llenarse de otras voces,
sólo para seguirnos desgarrando
y aumentar el espanto
de haber perdido el cielo para siempre.
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TEXTURA DE SUEÑO
No he visto el día
más que a través de tu asencia
de tu ausencia redonda que envuelve mi paso agitado,
mi respiración de mujer sola.
Hay que están hechos para morirse o para llorar,
días poblados de fantasmas y ecos
en los que ando sobresaltada,
pareciéndome que el pasado va a abrir la puerta
y que hoy será ayer,
tus manos, tus ojos, tu estar conmigo,
lo que hace tan poco era tan real
y ahora tiene la misma
textura del sueño.
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REGLAS DEL JUEGO PARA LOS HOMBRES QUE QUIERAN AMAR A MUJERES MUJERES
I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.
II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.
III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.
IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.
V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.
VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.
VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.
IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.
X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.
XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.