Canela
Moderador Area
PeterPaulistic@
   
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Saber que existes me llena de vida.
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« : 20 de Noviembre 2005, 18:50:29 » |
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Abrió la puerta del local. La música demasiado alta y el humo, como siempre, demasiado denso se le incrustaron de golpe en las entrañas.
Se sentía allí un poco naufrago, un poco viejo, atravesó como pudo entre la gente hasta llegar al rincón donde quedaban siempre, al final de la barra. Diez minutos de retraso, por culpa del tráfico, le permitió ensayar, por última vez, lo que tenía que decirle.
Se sonrió al recordarse patético, parado ante un semáforo, rodeado por cientos de coches, susurrando a nadie...”te juro que te quiero, pero...” Tenía la boca seca, o el corazón, pidió casi por señas un vaso de agua, al final de la barra, donde quedaban. Apoyó la cabeza entre las manos y empezó a hablar entonces, casi sin mirar, dijo que lo sentía, que lo sentía mucho y eso no era sólo una frase, que de verdad lo sentía demasiado, y que se lo juraba, y que creyera que lo había intentado todo, reír, llorar, pasar del tema, seguir viviendo como si nada hubiera ocurrido; Lo había intentado todo. Pero te juro que no puedo –dijo- que se me agarra el alma entre los dientes y cada vez más me siento fuera de mi sitio, que ya no sé cual es, seguramente ni existe, le dijo que la creía, que confiaba en ella, que nada ni nadie podrían arrancarle el pasado y que quería que supiera que estaba agradecido, porque gracias a ella, junto a ella, por ella y con ella había descubierto otra vez que la luz existía, que los silencios podían ser sus cómplices.
Le pidió perdón por ser tan torpe, tan débil, tan viejo, tan cobarde... pero esto es lo que hay –dijo- esta es la verdad que tú nunca terminaste de entender. Y hoy me toca a mi el turno, levantar la mano y que me den la vez para ponerme triste y rebuscar en mi archivo esa sonrisa amarga que después de ti, había desterrado de mi vida. Una sonrisa amarga para decirte adiós, para decirte que ya lo sé, que yo también te quiero...para decirte que te lo juro que lo he intentado todo, de todas las maneras...Pero en el último esfuerzo por entender, por empezar, sobrevino la tragedia, me he roto en mil pedazos y no tiene sentido arriesgarte en la caída.
Sintió como si todo lo que lo rodease corriera en otra dimensión, se fuera hacia otro tiempo, con todo aquel ir y venir de gentes jóvenes, más jóvenes que él, casi como ella, sintió como si estuviera apunto de morir, de morirse allí mismo...y tuvo miedo...
Bebió agua y continuó diciendo...”Lo siento, lo siento de veras, ni tú ni yo nos merecemos esto, pero las cosas pasan... supongo que no es tan fácil entender desde fuera que nada se puede reducir a unas cuantas palabras, ya me conoce la tristeza, se sabe de memoria todos mis desastres... decirte adiós ahora es salvarte y no vale que me digas que esa es tu decisión, que ese es tu problema.”
Fue entonces cuando sintió de verdad su presencia, y oyó su voz diciendo que sentía llegar tarde, que estaba fatal el tráfico... Le dio un beso y se le quedó mirando, le hizo un gesto como de extrañeza, se quitó el abrigo, sonrió y le preguntó –“Qué te pasa...”- Lo miró de arriba abajo y le preguntó por qué tenía esa cara, el asintió con un gesto que ella no terminó de creer –“A ti te pasa algo”; insistió- y él la miró...
su pelo, sus ojos, aquellas manos, la sonrisa que aparecía y desaparecía de sus labios, su seguridad insegura... Recordó los días felices y los otros, tiempos de lluvia, noches de verano...Tanto pasado hay entre nosotros –dijo él- cuánto dolor podado diariamente para que no creciera y no nos ahogara, cuánta felicidad furtiva.
Y ella insistió –“Pero qué te pasa...”.-
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