Alguna vez soñé que me amabas, y creí reconocer una mirada, capaz de vencer cualquier obstáculo, y me dí cuenta que no, que es más fuerte que tu, que yo; que nuestros caminos se cruzaron por mera casualidad, inusual casualidad del señor destino.
¡ Mira que mala jugada ! pensar que éramos el uno para el otro, soñar con construir lo nunca construído, sobre bases blandas, sobre palabras vanas, sobre caricias y placer y dolor y Amor; Amor sin sentido, vacío. Egoísmo y necesidades propias, sin satisfacer porque no hay satisfactor para éllas.
¿ Por qué siempre buscas algo nuevo ?, un aliciente nuevo, que no te hostigue, que no te delate, que no te descubra ante tí misma.
Sin saber, sabes... sin pensar, piensas... y tienes en el fondo del alma la certeza, la fiel certeza de que para tí no hay esperanza...
