La magia del basauritarra y la eficacia goleadora de Llorente permiten a los rojiblancos dar la vuelta en nueve minutos a la eliminatoria ante el Hospitalet El Athletic ya está en los octavos de final de la Copa. Logró el pase ayer tras un partido en el que sufrió hasta la segunda parte por sus problemas de siempre en defensa, que le costaron regalar un gol. La magia de Yeste,quien saltó al campo tras el gol catalán por la lesión de Guerrero, la eficacia de Llorente y la capacidad de percutir por la banda izquierda de Javi González permitieron a los anoche blanquinegros evitar una bochornosa eliminación a manos de un Segunda B que ni siquiera jugaba en su estadio.
Yeste saltó al campo en el minuto 40, justo después de que el Hospitalet se adelantara en el marcador. La decisión de que saliera estaba tomada desde instantes antes porque Guerrero había pedido el cambio por una contractura, pero lo cierto es que a partir de ese momento el pálpito del equipo cambió. Con el basauritarra en el campo, el Athletic por fin pudo desarrollar un juego de ataque incisivo y con sentido.
Sólo desde la aparición de Yeste el Athletic vio que podía abrir la portería de Morán, a la que hasta ese momento sólo atacaba con balones aéreos y disparos lejanos. El zurdo expuso su doble condición de jugador con olfato de gol y con mucha visión de juego.
Yeste asumió así el papel de líder que tantas veces se le ha exigido en este equipo. Su relación de méritos es esencial para leer el desenlace del partido. A los once minutos de la segunda parte apareció en el puesto del nueve para lanzarse a rematar por bajo un balón centrado por Javi González. Sólo cuatro minutos después, le llegó un balón de espaldas a la portería y sacó de él una magistral asistencia de tacón que colocó a Llorente ante el portero, a quien superó con una vaselina.
Con Yeste llegó la tranquilidad. Orbaiz, uno de los 'patriarcas' del equipo, entendió como nadie el valor de la aportación del basauritarra. Pidió a sus compañeros que corrieran a formar una piña junto a Llorente y él tras el 1-2. Y luego el navarro levantó su dedo pulgar en dirección a Aranzubia, quien cometió una salida defectuosa en el tanto de los catalanes. El mensaje era 'lo peor ya ha pasado'. Luego llegó un nuevo tanto de Llorente. Hasta ahí había llegado la capacidad de resistencia del Hospitalet. Nueve minutos de explosión de fútbol habían bastado para poner fin a los graves problemas que el Athletic había padecido hasta entonces.
Campo en mal estadoPara empezar, se encontró con que las fuertes lluvias caídas desde el mediodía sobre Sabadell afectaron gravemente al campo, al punto de que el Hospitalet incluso pidió aplazar el partido. El terreno no estaba excesivamente encharcado, pero era como jugar sobre una esponja llena de agua.
La situación adulteró el desarrollo del encuentro porque el Athletic se vio obligado a enfatizar su apuesta por el juego directo y los balones largos, lo que le colocó a la misma altura que su rival. Cuando apareció Yeste puso el acento sobre el juego sutil y exquisito. Agarrado a este lema y potenciada su apuesta por la calidad, el Athletic dio la vuelta a la situación y puso resolver el papelón.
El campo mejoró en la segunda parte, lo que favoreció la mayor calidad rojiblanca. Antes, el Athletic se había jugado el tipo con la sucesión de imprecisiones que trajeron el 0-1. Una jugada absurda y disparatada permitió adelantarse al Hospitalet a los 39 minutos. Una de las primeras pelotas que los catalanes llevaron al área bilbaína acabó con un doble error que dejó perplejo a todo el mundo.
Aranzubia falló porque las reglas del portero marcan que sólo se debe salir a por los balones a los que llega. Expósito supuso que el portero no aparecía y optó por un despeje, muy defectuoso. Cárcel, el único rival que merodeaba por las inmediaciones, recogió la pelota, miró a la portería y se encontró con la alegría de que estaba vacía. Vaselina y gol. Los escasos hinchas que acompañaron a su equipo levitaban porque se encontraron con un regalo inesperado.
El juego del Athletic había sido confuso hasta entonces, al punto de que Orbaiz llegó a quejarse en la primera parte a Aranzubia porque le había pasado una pelota. Los de Clemente contaron con ocasiones para adelantarse, pero, a excepción de las incursiones de Javi González y de unos pocos remates intencionados de Llorente, era incapaz de sacar ningún partido a su manifiesta superioridad.
La aparición de Yeste y diez minutos muy afilados en ataque acabaron con los problemas. El Athletic había evitado un desastre de tremenda magnitud. Habrá que esperar a ver si Yeste sigue al nivel de ayer o vuelve a la melancolía que ha arrastrado hasta ahora. Si ese salto cualitativo se produce, hay motivos para el optimismo.
Os dejo el enlace, no os perdais la rueda de prensa de clemente jaja es de la sbuenas jajajajaahttp://www.canalathletic.com/portal/content/view/5211/
