Cuando llegue el invierno nos iremos los dos
en un vagón color de rosa
con cojines azules. ¡ Ya verás
que bien! Reposa un nido
de besos locos en cada rincón blando.
Tú cerrarás los ojos para no ver las muecas,
a través del cristal, de las sombras nocturnas,
esas monstruosidades horribles, populacho
de lobos negros y demonios negros.
Luego tú sentirás tu mejilla arañada...
Un beso diminuto correrá por tu cuello
como una araña loca...
Y me dirás, bajando la mirada: "¡Búscala!".
Y nos llevará tiempo encontrar ese bicho
que viaja tantísimo...
