Así q, te odio, hermoso amor lejano,
y renuncio a tus besos cada día,
y acepto abrir, perderte entre las manos.
Y eso es fe, y esperanza, y osadía...
Bebo del odio que tu amas
y lo destilo en mi faringe lejana
afónica de pedir a tus labios que me besen
y si he de aceptar mis agonías
que no te pierda en mi esperanza
que es la fe en la que respiro cada día...

Mis oidos cariño, son mi fuerza
y la voz con la q pides mis besos
el consuelo de ésta q solo Es, cuando te besa...
Sin mis oidos escucharia el zumbido de las moscas
el crujido de la arena, las notas del timbal.
Ellos escuchan por mi... y te oigo volar.
Transforman la palabra en otros universos,
la basura en ritmo, los murmullos en canción
en frases locas q me hacen reir y reir... como tu voz.
Ellos me protegen, la maldad del mundo
se estrella en su burbuja y se deshace a mis pies
por eso, mi amor volador te digo:
"Yo te conozco, ven cuando quieras"...