Jorge58 (sin comentarios)
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« Respuesta #1 : 2 de Noviembre 2005, 13:51:59 » |
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(del diario deportivo OLe)
El privilegiado
En una fiesta estilo NBA, Ginóbili recibió anoche su segundo anillo de campeón en apenas tres años, un lujo que muy pocos se pueden dar. Oberto fue testigo.
El esfuerzo de casi diez meses tuvo anoche su otro gran momento cumbre. El primero sucedió el 23 de junio, cuando los Spurs superaron 81-74 a los Pistons y se quedaron con un nuevo título de la NBA. Ayer, a las 22.10 (hora argentina), llegó otro instante de máximo disfrute. Fugaz pero emotivo y muy significativo. Dirigentes, técnicos y jugadores gozaron de la ceremonia de entrega de anillos que se realizó en un repleto SBC Center antes del debut de la temporada frente a Denver (al cierre de esta edición). Fueron apenas 13 minutos y, al toque, los jugadores tuvieron que poner el anillo en la cajita y poner la mente en los durísimos Nuggets.
A las 21.46 ingresaron los jugadores a la cancha, con la habitual ovación de los 17.797 personas que llenan el estadio. Fue un calentamiento normal, aunque con la adrenalina interior en cada uno por la entrega de las joyas. A las 22.05, con el Almirante Robinson en la segunda línea de la platea, llegó el momento del himno estadounidense, interpretado por Mike Phillips y su saxo. Al toque fue el turno de la presentación de los Nuggets. Fría, como siempre para el visitante como bienvenida a los Nuggets, una de las víctimas de los Spurs en los últimos playoffs (4-1 tras perder el primero en casa). A las 22.10 se apagaron las luces y la voz potente del locutor se escuchó más fuerte y emocionante que nunca. En la gran pantalla que está en el tablero principal, arriba de la mitad de la cancha, aparecieron las imágenes de los jugadores, hasta de los tres nuevos. Seguramente en ese momento un cosquilleo le habrá recorrido la panza a Fabricio Oberto, quien a los 30 años anoche cumplió el sueño de debutar en la NBA. Manu, como gran estrella que es, fue presentado cuarto, antes de Duncan. El bahiense se llevó la mayor ovación, por encima incluso de Tim. El cordobés, al ser suplente, no tuvo ese privilegio, pero seguramente no tardará mucho en tenerla...
Enseguida la gente empezó a gritar y aparecieron en la pantalla las imágenes de las series contra Denver, Seattle, Phoenix y Detroit. El comisionado David Stern caminó hasta la mitad con los silbidos de unos cuantos. También Peter Holt, el dueño de los Spurs. Juliana, su esposa, se encargó de la entrega de cada una de esas piezas de joyería. RC Buford, general manager y pieza clave de la organización, recibió el primero. Luego todo el cuerpo técnico y la lista de jugadores empezó con Massenburg (ya no está más en el equipo). Ginóbili, como en la presentación, fue el penúltimo en recibir su segundo anillo, aplaudido desde la platea por su esposa Marianela y Alejandro Montecchia, amigo y compañero de la Selección que llegó a San Antonio para visitarlo y ver los primeros dos juegos. La posición en la recepción fue un señal del lugar preponderante que ocupa en el equipo. Duncan, la superestrella que ganó (¿con justicia?) el MVP de las finales, fue el último. La fiesta había terminado, había que empezar a pensar en Denver.
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