Los más nocturnos sobresaltos amé
entre los apéndices de la noche
los descuidos que chillan
cuanto llegó a mí acompañada
por el deseo y sus espejismos
lo enteramente satinado en la sombra
sus heridas menores con mi luna
aunque me ensueñe entre mandíbulas fugaces
las uñas que nos rozan hasta el hueso del rugido
las veredas perdidas que tropiezan
sobre el verdor azulado del llanto de la tierra
la esperanza que se esconde de sus trances
por mucho que me sujete en las circustancias de lo casual
amé la vida en ella.
si me lo permites, prosigo...
Amare cada recuerdo, cada segundo
que entre sabanas volamos
que la libertad de nuestros mundos
se entrego para unirnos y separarnos
circunstancias miles, pero ciertamente maravillosas
diatrivas constantes de dulces melodias
y sequia humeda de sentimientos encontrados
que dejaron en mi pecho, un amor apasionado