Si fui amarga, fue por la pena;
El capitán gritó "sálvese quien pueda"
y yo, sin pensarlo más, me lancé al agua,
como ávida nadadora,
como si siempre hubiera esperado ese momento,
el instante supremo de soledad
en que nada pesa y nada queda ya
sino el deseo imposible de vivir.
Me lancé al agua, es cierto, sin mirar atrás;
De mirar quizá no me hubiera lanzado
habría vacilado mirando tus grandes ojos tristes,
siniestros remordimientos absurdos
me impedirian saltar al espacio,
tocar la fría humedad del aire,
el nocturno relente y caer, como recién nacida
en la flotante superficie del bote
donde todo estaba por continuar...
Si hubiera mirado atrás, amor;
No saltaría de haber mirado atrás,
tus grandes ojos tristes
la vela suspendida
los cabos sueltos
tú como recuerdo salado de mar.
De haber mirado atrás,
de haber vuelto los ojos
¡¡¡ya no podría saltar!!!
pertenecería al pasado,
anclada entre redes de barco...
La vida, cariño, era una hipótesis de salto,
quedarse, una muerte segura...