Canela
Moderador Area
PeterPaulistic@
   
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Saber que existes me llena de vida.
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« Respuesta #1 : 11 de Agosto 2005, 15:27:14 » |
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...Estoy aún más perdida...no me importa... Nada podia ya frenar ese impulso. Era una llamada demasiado fuerte. Mi alma, en su invitacion a la fuga, pidio su billete, su tren y su hora.
Atras queda la noche en vela de una ciudad fantasma. Delante, la vida y la belleza.
Cruzando los caminos del mediodía, mi corazon, mordido por el silencio, registraba en su caja de opio, la velocidad de las horas complices. "Carpe diem".... escribia en un papel cuadriculado. "Carpe diem" y al fin, tu.
Todo el temblor del universo a mis pies al pisar el alquitran y verte alli, sin mi... la lentitud de tus ojos dulces, como el nivel de un rio.
La pesada maleta Y el coche, camino del atico. Y alli, el humo de las palabras alzandose azul desde la abrasiva ternura de unos cigarros. Tu. Leyendo poemas mios a ti no dedicados. Y entregarme sin mesura, luego, a la contemplacion de tu cuerpo claro y posible, mientras, deshacias tu maleta para cambiarte y salir a tomar algo..
Cómo flotaba, en mi cuerpo, la noche primera de nuestro encuentro. Luna de alcohol sobre la rotundidad de tus hombros. Y ya de madrugada, de nuevo, aquella ducha de agua fria, el lecho celeste y solitario, donde mi cuerpo se ofrecia a tus manos... "Dame tiempo"... te dije, y sentias proximo a inundarte mi cintura de agua. Y asi, me mal dormi con un rumor de mar a mis espaldas.
Horas despues, me sorprendia la mañana, contemplando callada, tu sueño largo y tranquilo. Hasta que te despertaron las voces y las campanas criminales, entrando por el balcon. Ya el sol era una moneda, donde podia acuñarse la esperanza.
Me vi, andando junto a ti, interminables orillas, mis pasos torpes se perdian entre el ruido de los coches y el silencio de mis labios. Me cuesta despertar... me gusta tanto escucharte.
Un cafe, "el pais", la comida de aquel chino... Seguir dormida, en mi caja de opio. Caminar contigo las calles calladas, solos. Disfrutar la siesta. Y luego la tarde y la visita a algun museo, otro café, la complicidad de los cuerposq se aman en secreto...
Yo creia que el mundo era nuestro entonces, ultimo sol de mi sueño. Me hieren los filos de las esquinas donde te dí mi lengua encendida, las calles, las bocas de los bares, su invitacion a la locura...
Habitacion de hotel, tu abrazo calido y azul. El instante electrico de nuestras bocas encontrandose. La aventura de acariciarte. El idioma siempre extraño de unos ojos negandolo todo.
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