Tronador
Novat@
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Aupa PeterPaulXXX.com
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« : 26 de Julio 2005, 04:46:06 » |
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Espero que les guste.
OJO, EL CUENTO ES MIO, ME LO PUEDEN CRITICAR, QUE NO HAY PROBLEMA
Un trueno, el preludio para la lluvia y mi desgracia, fue solamente eso... Caminaba con cuidado, la humedad había tornado resbaladizo al verdín. Las caídas ramas de los árboles y las sumamente crecidas de las enredaderas, mojaban mi ropa al pasar. Intenté ir por la calle, pero la oscuridad y el empedrado irregular, unieron sus esfuerzos para hacerme desistir. Un paredón caído sobre la vereda, completó el escenario de esa cuadra tenebrosa. Sin embargo, apuraba el paso, quería ilusamente escaparle a la lluvia. Un trueno... y el agua comenzó a forjarce un paso hacia la tierra. Rápidamente mi cuerpo comenzó a mojarce, apurar el paso en esas circunstancias era inútil, con lo cual, me resigné. Pero luego de unos segundos, la sensación que tuve fue muy extraña. Sin saber por qué, miré hacia atrás, y advertí, un informe y negro manchón, que iba dejando por el camino. Recordé al instante, que la sangre en la oscuridad se ve negra. Era yo, no sentía nada, pero me estaba deshaciendo con el agua, al fin, el diluyente universal daba cuenta de mi ser. Quise escaparme de la lluvia y me metí en una casa en construcción, la cerca rota, me cedió generosamente el paso. Pero el techo no había sido construido todavía, y me mojaba igual. Ya no pude huir, mis brazos y mis piernas comenzaron a fallarme, me apoyé sobre una mesa precaria, moverme era imposible. Las desalineadas tablas que formaban la mesa, encajaban perfectamente con el desorden reinante, en la obra y en mi mente. Por unos minutos, mantuve la consistencia de una gelatina. Continuaba deshaciéndome, y luego de un breve lapso de tiempo, mi cuerpo era una masa de células amorfa. Pero dentro de la desgracia, hubo una pequeña luz de esperanza. Una diminuta porción de mi cerebro, cayó en un vaso que había sobre la mesa. Este, manchado con cemento, fue el receptáculo ideal para mi desarmado cerebro. Perdí capacidad mental, pero las células, si bien eran pocas, se mantenían relativamente unidas dentro del agua. A los dos días, los obreros estaban trabajando en la casa, uno de ellos, tomó el agua que se encontraba en el vaso. Segundos antes de que nos tragase, la orden fue clara, -¡Todas las células nos encontramos en el cerebro! Varias no llegaron, andarán por ahí medio perdidas, todavía tengo la esperanza que alguna pueda encontrar el camino y reunirse conmigo. No me queda mucha capacidad para pensar o mandar a un cuerpo, pero a veces, cuando el hombre está profundamente dormido, le hago hacer cosas... llamar a casa, escribir o escuchar la música de Litto Nebbia.
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