Primero fue un picor en el dedo gordo del pie derecho, después una rojez en el talón del mismo pie. "Alguna infección de la piscina, seguro", pensaba. Pero esta mañana al levantarme no pude moverme del borde de la cama. Miré hacia abajo y sentí un escalofrío al ver mis pies convertidos en nudosas raíces que horadaban la alfombra y el suelo de parquet de mi habitación. ¿Qué iba a hacer yo? El teléfono estaba en la otra habitación y comenzar a gritar me resultaba sumamente vergonzoso. Así que procuré desasirme por mis propios medios... en vano, estaba firmemente anclada al suelo. El caso es que sentía un extraño placer en esta situación pues notaba como a través de mis piernas fluían las historias que sucedían en mi edificio, en la ciudad, en el mundo entero. Entonces me estiré como pude hasta alcanzar el escritorio y tomé el ordenador portátil. Una vez en mi regazo empecé a escribir esto que lees. ¡Tengo tantas ganas de contaros las historias que se van agolpando en mi cabeza! antes de que mis dedos se agarroten definitivamente, antes de que mi pelo se torne verdes hojas y mis ojos miren permanentemente al infinito. Son tantas las cosas que quiero cont a r t a n t a s c o s a s t a n t a s
Algo parecido le paso al primo tercero del amigo de la nieta de la vecina del 5º, pero este, cuentan, se convirtio en una lechuga....... y los mu jodios hicieron una ensalada..................vamos para matarlos.
Tu amiga, no te preocupes, que yo motosierra en mano, no dejare te transformes del todo, que me apetece mucho nos cuentes estas y todas las otras cosas.
