Entra un cabrero en una farmacia y pregunta:
- ¿Tiene preservativos con flecos?
- ¿Qué pasa, les gusta a las mujeres? - pregunta intrigado el farmacéutico.
- A las mujeres no sé, pero a las cabras las vuelve locas.
Llega un barco a una isla desierta. Al desembarcar en ella el capitán encuentra a un hombre, una cabra y a un niñito.
El naufrago comenta:
- Pues si capitán, hace 9 años esta cabra y yo naufragamos.
El capitán pregunta al niño:
- Y tu niñito como te llamas?
- Heribeeeeeeerto.
Este es un señor que va a embarcar...va con una cabra. En esto que el de la aduana le dice:
- ¡La cabra no pasa!
Entonces, el hombre se va. Le ve un amigo y le dice:
- Pinta la cabra de negro y ponle un bozal y se pensará que es un perro.
El hombre lo hace y el de la aduana le dice:
- ¡He dicho que la cabra no pasa!
Y el hombre le responde:
- ¡Si no es una cabra, és un perro!
Y el de la aduana le pregunta:
- ¿Y los cuernos?
Y el hombre contesta:
- ¡Con la vida privada de mi perro no se meta.
En tiempos de la Revolución, se encontraba perdido un grupo de soldados por la sierra.
Como habían pasado ya algunos días desde que se les habían acabado los últimos suministros,
se encontraban completamente hambrientos y sedientos, a punto de desfallecer.
De repente, se encuentran con una granjita en la que había un pequeño rebaño de cabras,
así es que el General inmediatamente confisca las cabras, con fines revolucionarios y por el bien de la Patria,
para alimentar a sus soldados, y les dice:
- Soldados, se me tira cada uno de ustedes al suelo y a chupar. Pero no se me desperdicia nada.
Al primero que vea desperdiciando, lo fusilo.
Todos contentos, se tiran al suelo boca arriba, bajo las cabras y a chupar.
Están dándole con ganas a la chupadera, pero uno de ellos, chupa y escupe, chupa y escupe,
... hasta que lo ve el General y dice:
- Fusílenme a este desperdiciador, porque se lo advertí!
A lo que el soldado desperdiciador replica:
Mi General, que quiere que haga, a mi me toco el macho!
