A la misma chica que le suelto "Sos mi sueño erótico favorito", y con quien a veces bromeo como que somos novios, cierta vez le dije, así de sopetón: "Cecilia, ¿no querés tener un hijo conmigo?" "¿¿¿Quéee??? Ay, Roy, pero qué apurado sos..." fue la respuesta, y rió con algunas de sus amigas. Al rato volvemos a encontrarnos en la plaza pública y ella les dice a otras de sus amigas lo que yo le había dicho. Nuevas risas, y demás tonterías
En otra oportunidad más, frente a sus amigas le suelto: "Cecilia, mirá, tengo que hablar muy seriamente de nuestra relación: ahora tengo a otra, Ana María, ella es rubia y mayor que vos. Además, honestamente está mucho más buena que vos, así que te dejo por ella". Huelga decir que Cecilia puso los ojos cuadrados, como saltándosele de las órbitas. Luego reímos todos, pero en ese momento había que verle la cara de impresión, como diciendo "Si será bruto, que va y me lo planta frente a todas". Tres o cuatro días después, le digo: "Mirá, Cecilia, con Ana María ya romí relaciones, así que, si querés, todavía estás a tiempo de volver conmigo", a lo que ella me responde fingiendo disgusto y enojo: "Sí, claro, me lo decís como si yo fuese una sobra para vos; como te dejaste con la otra te acordás de mí".

Me da mucha gracia hablar en ese tono con esta chica, porque pone unas caras muy graciosas en esos casos, y siempre nos estamos tratando así, con cierto rigor pero siempre en tono de mucho humor y buena onda, y respondiéndonos bien rápido empleando el máximo de creatividad e invnetiva. Y lo más divertido es que nunca nos quedamos sin palabras para respondernos recíprocamente.
