Del Sport, importante diario deportivo editado en BCN.
La escalofriante entrada de Javi Navarro al venezolano Juan Arango ha escandalizado al hipócrita fútbol español. Todos los medios se han hecho eco de la acción y, la mayoría, comparte la tesis de Mateo Alemany, el presidente del Mallorca. Que el Comité de Competición debería actuar de oficio y sancionar con máxima severidad al central del Sevilla.
Motivos, desde luego, existen para que el Comité aplique una sanción ejemplar incluso tomando como atenuante el arrepentimiento inmediato de Javi Navarro. Por tanto, como el caso es tan evidente, antes de pronunciarnos reiterativamente sobre el hecho, mejor será esperar a que se produzcan acontecimientos y valorar, en su momento, la decisión de los supercicutas de la Federación Española.
Dicho esto, convendría añadir que el desproporcionado codazo de Javi Navarro no fue lo único que sucedió el domingo y que invita a la intervención del Comité de Competición. En el campo del Madrid, por ejemplo, también ocurrió algo que está claramente tipificado en el reglamento y que, sin embargo, quedó absolutamente impune.
Nos referimos al botellazo con el que Ronaldo respondió a los insultos de su público. La actitud de esos aficionados es, desde luego, injustificable pero la respuesta del delantero brasileño es igualmente desproporcionada y antirreglamentaria incluso entendiendo que se sintiera provocado por los gritos racistas de los exaltados.
Ocurre, sin embargo, que dada la claridad con la que se han expresado el jugador y los directivos del Madrid, nunca lo tuvo tan fácil Competición para actuar de oficio. Debe castigar al Madrid por insultos racistas de su público y al jugador por faltar al artículo 176 del reglamento que prohíbe, explícitamente, los actos de menosprecio y desconsideración hacia el público. Una falta que puede castigarse hasta con tres partidos de suspensión. Ustedes mismos.
Please sin exaltarse nadie, pero motivos de reflexion....
