Desde el 18 de abril de 2004 es obligatorio en toda la Unión Europea que los alimentos y piensos transgénicos y aquellos que contengan ingredientes producidos a partir de organismos genéticamente modificados hagan constar esta información en sus etiquetas, una demanda reivindicada durante años por ecologistas y consumidores.
Para controlar su cumplimiento, Greenpeace ha comenzado este fin de semana una campaña que se prolongará durante los próximos meses en todo el estado español. En el marco de esta iniciativa, voluntarios de la ONG conocidos como "observadores de transgénicos" recorrerán supermercados y centros comerciales para verificar que se aplica la normativa.
Sin embargo, las conclusiones de este primer fin de semana no son muy optimistas ya que, según Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Greenpeace, "se ha comprobado que la industria no está etiquetando los productos". Para Carrasco esta situación podrÃa ser debida al hecho de que los alimentos revisados hubieran sido producidos antes de la entrada en vigor de la directiva. Los futuros controles, por lo tanto, serán básicos para establecer si se cumple o no la legislación.
La normativa ha sido recibida como un paso adelante por las organizaciones ecologistas y de consumidores pero todavÃa resulta insuficiente ya que no obliga a etiquetar la carne, la leche o los huevos derivados de animales que hayan sido alimentados con transgénicos, una laguna importante teniendo en cuenta que el 80% de las cosechas transgénicas se utilizan para producir piensos. "Es vergonzoso que siga sin reconocerse el derecho de los consumidores a saber si productos como la leche, los huevos… proceden de la destrucción de la salud global del planeta" añade Carrasco.
Desde Greenpeace se ha hecho un llamamiento a los ciudadanos para que se conviertan también en Observadores de transgénicos, no compren productos en cuya etiqueta figure que contienen ingredientes modificados genéticamente y presionen a supermercados y fabricantes para que no los incorporen.
El derecho de los consumidores a saber si los productos que compran son transgénicos o no adquiere especial relevancia si se tiene en cuenta que, cediendo a las presiones de EEUU, la UE está a punto de levantar la moratoria de transgénicos establecida en 1988.
Según Ecologistas en Acción, esta moratoria "ha supuesto que los grandes exportadores estadounidenses, donde desde hace años se cultivan variedades de maÃz y de soja transgénicas no autorizadas en Europa, se han visto privados de uno de sus mejores clientes, algo que Estados Unidos no está dispuesto a consentir".
La luz verde a la importación de alimentos manipulados genéticamente puede producirse en las próximas semanas a pesar de que la UE no dispone todavÃa de medidas para evitar la contaminación genética ni de legislación que regule la responsabilidad en caso de daños. Ante esta situación, la legislación de etiquetado "garantiza, al menos en parte, el derechos a los consumidores a elegir si quieren o no ingerir derivados directos de cosechas transgénicas", según Greenpeace.
Para más información:
http://www.greenpeace.org/espana_es/http://www.ecologistasenaccion.org/inicio.php3