Te han pillado alguna vez en una mentira piadosa.Te descubrimos algunas de las claves para que no te pillen!!!
El hombre miente en el 25% de las conversaciones de diez minutos
La verdad está en nuestra cara
La tecnología ha trabajado desde principios del siglo pasado para encontrar en la mente humana una pista que guíe hacia la detección de la mentira. Un psicólogo estadounidense, Paul Ekman, es pionero en reconocerla en el rostro humano sin necesidad de ninguna herramienta, y ofrece las seis claves para cazar al mentiroso.
A los cuatro años los chicos ya saben mentir pero, cuando se trata de engañar, la tendencia a la verdad se convierte en una debilidad. Paul Ekman descubrió las microexpresiones, rápidos movimientos faciales que contraponen las emociones y las palabras, tras observar vídeos a cámara lenta. “Cuando las descubrí me quedé maravillado, era como si tuviera un microscopio. Fui el primero en descubrirlas, algo emocionante”, afirma en un reportaje de TV Presse.
Ekman siempre lleva a sus conferencias un video clarificador. En el juicio de O.J. Simpson, uno de los testigos miente al procurador, siente desprecio pero intenta disimularlo. ¿Puede una persona esconder una reacción involuntaria y despegarse de sus emociones? Dependerá de cada uno, pero la caza al mentiroso está asegurada con las señales de este prestigioso psicólogo.
En Estados Unidos, expertos en comunicación no verbal, psicólogos, agentes del FBI… todos trabajan para conocer las causas de la mentira y, sobretodo, cómo detectarla. Un éxito científico que se ha trasladado también al marketing gracias a libros, documentales e incluso una serie de televisión, ‘Lie to me’ (Miénteme). Sin embargo, en España este tipo de investigaciones se enfocan hacia otros ámbitos de la psicología. “Se estudia para otros elementos, para las enfermedades por ejemplo”, afirma Bosco Montero, Psicólogo de la Clínica Enterapia.
La tecnología en la detección de la mentira
Las herramientas que históricamente se han utilizado para detectar la mentira se remontan siglos atrás, cuando “la saliva era el método para detectar mentiras. Al acusado se le daba un puñado de arroz seco para masticar y si el miedo del presunto culpable inhibía la actividad secretoria tanto como para no poder formar el bolo y tragarlo, su sequedad bucal lo condenaba”, afirma Alejandro Tumilasci en el libro El diagnóstico en clínica estomacológica.
En 1875 el polígrafo hizo aparición. Angelo Mosso desarrollaba un sistema basándose en el análisis del pulso y el ritmo cardiaco. Una tecnología que hoy en día se utiliza en investigaciones pero que en ningún caso puede resultar determinante, por no tener una total certeza de la realidad.
Incluso programas de televisión se han valido de un elemento que puede transformar la realidad, siempre que las preguntas o uno de los interlocutores falle en su función. “La ciencia en Estados Unidos busca el marketing pero también tiene su fundamento. Hay que tener cuidado; uno de los aprendizajes básicos es que no hay que hacer caso al lenguaje no verbal, se puede controlar”, afirma Bosco.
“Existen entrenamientos para aumentar la probabilidad de detectar mentiras y también para poder mentir sin ser detectados. Por ejemplo, los soldados son entrenados para soportar torturas o polígrafos en caso de que les capturen”, añade.
Seis claves para detectar la mentira
No hay fórmula milagrosa, pero el método de Paul Ekman tiene una sorprendente fiabilidad. “Analizamos el rostro, el cuerpo, la voz, el discurso y la fisiología. Cuando interrogamos a un individuo, si el asunto es importante, si puede recibir una dura condena y si es la primera vez que dice esa mentira, llegamos a detectar el 95 % de los casos”.
En su libro Cómo detectar mentiras: una guía para utilizar en el trabajo, la política y la pareja nos muestra las claves para cazar a un mentiroso:
1. Microexpresiones: inevitables, incontrolables… delatoras. Pequeños movimientos del rostro que revelan las emociones ocultas; son expresiones muy rápidas, que duran una vigésimo quinta parte de un segundo, y menos de un 1% de la población es capaz de detectarlas sin entrenamiento, pero todo el mundo puede aprender. La cara traiciona, contradice el discurso. La boca es fidedigna, y los movimientos de las cejas son determinantes para acentuar o enfatizar el argumento.
2. Lapsus gestuales: Son el segundo recurso más importante para cazar a los mentirosos. Ekman muestra en sus conferencias otro importante video para demostrar que no solo se puede cazar al delincuente, sino también a personalidades. En este caso, Barack Obama. “El senador McCain sirvió a nuestro país honorablemente”, afirma en un mitin el por entonces candidato demócrata, alabando las cualidades de su adversario. Pero sus manos le contradicen; su dedo anular pasea sin control por la barbilla del Presidente de los Estados Unidos. Un gesto obsceno que pone en evidencia el desprecio que sentía hacia su rival.
3. Movilidad de la mirada. Existe el mito según el cuál todas las personas que apartan la mirada, mienten. Sin embargo, los mentirosos suelen mirar fijamente a los ojos a su interlocutor. “Para recordar el nombre de un restaurante chino yo no te miraré a la cara, miraré a lo lejos para poder concentrarme y recordar el nombre. Pero si te miro a los ojos, no significa necesariamente que te estoy mintiendo”. Normalmente el mentiroso sabe que su interlocutor está esperando un gesto con la mirada que le delate, por lo que mirará a los ojos con detenimiento, solo para transmitir seguridad.
4. Ordenación de hechos: pregúntenle a un mentiroso qué ha hecho a lo largo del día o en el momento de la duda. Después, vuélvaselo a preguntar en orden inverso. Será incapaz de explicar unos hechos en el orden contrario al que ha inventado. Ha memorizado su mentira, no es real, por lo que darle la vuelta será más complicado de lo que parece.
5. Micromovimientos: ¿Quién no se ha tocado el pelo o la nariz mientras hablaba? Gestos que dan tranquilidad y que intentan tapar la verdad para dar la razón a la palabra. Atarse los cordones, tocarse la barbilla… cualquier cosa para olvidar los nervios que provoca la mentira.
6. La mentira en la red: la gente miente más por teléfono que por correo electrónico, por dejar menos rastro. Pero, ¿Cómo podemos detectar la mentira en la red? En Internet los usuarios utilizan las palabras ‘yo’, ‘mi’ o ‘me’ en sus expresiones si el argumento es veraz. De lo contrario, evitan usarlos porque el instinto traiciona, tiende a distanciarte del embuste.
El hombre miente en el 25% de las conversaciones que duran diez minutos; mentiras leves, para aparentar inteligencia, sinceridad… o para no herir los sentimientos de los demás. Para convivir, es necesario aceptar la mentira. Como dice Ekman, “No somos policías, así que no nos comportemos como tal”.
