Eddie Manuel Campbell, de 61 años, se enamoró de un maniquí, pero bien sabéis que el amor puro es muy difícil. Alguna conexión tendremos por ahí,que nos obliga a carnalizar nuestro cariño.
Evidentemente, Manuel (vamos a llamarle por el segundo nombre, que es más nuestro), no era excepción. De modo que se llevó al maniquí a un parque y decidió demostrarle su amor allí mismo.
Claro, el problema está ahí, en que uno no puede bajarse los pantalones en mitad de un parque, como si aquello fuera una playa nudista. Aún así, la pasión de Manuel no entiende de sentimientos y allí estaba él, con una mano en el maniquí y otra mano… bueno, os hacéis una idea, me temo.
A la gente no debió gustarle la escena (por lo que sea) y alguien llamó por teléfono al sheriff del condado a eso de las 9 de la mañana de un domingo (claro, imagino que estuvieron toda la noche de farra y les sorprendió el sol con las manos en la masa.)
