No respondía al teléfono, ni a los correos electrónicos. No actualizó su blog, tampoco su web. Además, no se registraron movimientos en su cartera bursátil. Por supuesto, lo dieron por muerto. Y la realidad es, que se había ido unos días de vacaciones...
(Ya sabéis, microcuento de esos que me gustan a mi, escrito por Hiperbreves y leido en esas interneses de Dios)
