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Autor Tema: Qué es la felicidad?  (Leído 3704 veces)
amapola
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« Respuesta #10 : 14 de Junio 2010, 11:49:34 »

Para otros usos de este término, véase Felicidad (desambiguación).
 
La felicidad es un estado de ánimo caracterizado por dotar a la personalidad de quien la posee de un enfoque del medio positivo y un estado de paz interior. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría.

Generalidades
Se entiende en este contexto como un estado y ánimo positivo, la capacidad de abordar una tarea llevándola al término propuesto. El resultado final, complace a la persona que acomete dicha tarea. Como resultado de una actividad neural constante en un entorno con variables ya experimentadas y conocidas, los distintos aspectos de la actividad mental fluyen de forma armónica, siendo los factores internos y externos interactuantes con el sistema límbico. En dicho proceso se pueden experimentar emociones derivadas, que no tienen porque ser placenteras, siendo consecuencia de un aprendizaje ante un medio variable.

La estimulación del ego por parte de este sistema, nos dará un enfoque de los resultados más óptimos, ayudando a la integración de la información adecuada. Ello fomentará respuestas nutridas desde el inconsciente, que nuestro consciente adaptará a los límites del medio. De esta forma se propicia o aplaza ese estado anímico. Si no se logra integrar la información de forma óptima (quizás porque no se ha conseguido lo que se pretende), el resultado será una polarización a la espera de ser integrada en una solución que cancele la carga.

Análisis
Es un estado subjetivo que sin embargo puede objetivarse para su análisis. Los siguientes son ejemplos de disciplinas con aproximaciones objetivas :

La Filosofía estudia su concepto y realidad.
Psicología positiva: Intenta determinar los factores endógenos que el individuo puede manejar para alcanzar ese determinado estado de ánimo.
La Sociología: Se ocupa de analizar qué factores sociales determinan los objetivos que el sujeto se marca como meta para alcanzar estados de felicidad.
La Antropología: Muestra cómo distintas culturas han establecido cánones distintos al respecto.

Según la filosofía

La pregunta sobre la felicidad es esencial en el surgimiento de la ética en Grecia. Los filósofos encontraron respuestas muy diferentes, lo cual demuestra que, como decía Aristóteles, todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices, pero en cuanto intentamos aclarar cómo podemos serlo empiezan las discrepancias. En la filosofía griega clásica hay tres posturas:

Ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano (eudemonismo), postura defendida por Aristóteles.
Ser feliz es ser autosuficiente, valerse por sí mismo sin depender de nada ni de nadie (cinismo y estoicismo).
Ser feliz es experimentar placer intelectual y físico y conseguir evitar el sufrimiento mental y físico (hedonismo). Es la postura que defiende Epicuro.
Entre eudemonismo y hedonismo existe un desacuerdo fundamental. Aristóteles considera que ser feliz es ser humano en el más pleno sentido de la palabra. Epicuro, por el contrario, se pregunta qué es lo que mueve a los humanos a obrar, porque la felicidad consistirá en conseguirlo, y esa cosa es el placer.

Aristóteles sostiene que todos los hombres están de acuerdo en llamar felicidad a la unidad presupuesta de los fines humanos, el bien supremo, el fin último, pero que es difícil definirla y describirla. De ahí se aprecia la divergencia de opiniones respecto a cómo entender la felicidad; placer para algunos; honores para otros; riqueza, de acuerdo a otros puntos de vista.

No obstante, para Aristóteles, éstos no son más que bienes externos que no son perseguidos por sí mismos, sino por ser medios para alcanzar la felicidad, ya que es ésta la única que se basta a sí misma para ser autárquica y perfecta. Los demás bienes externos se buscan porque pueden acercarnos más a la felicidad, aunque su posesión no implica que seamos íntegramente felices. Puesto que no por poseer riquezas garantizamos nuestra felicidad. Tampoco solamente la consecución del placer nos hace felices. Normalmente necesitamos algo más para serlo y eso nos distingue de los animales. Sin embargo, aunque estos bienes particulares no basten, ayudan, y en esto Aristóteles mantiene una postura moral bastante desmitificada y realista, el bien no puede ser algo ilusorio e inalcanzable. Sin ciertos bienes la felicidad será casi imposible de alcanzar. Para Aristóteles la felicidad humana se basa en la autorealización dentro de un colectivo humano, adquirada mediante el ejercicio de la virtud.

Existen también otras muchas escuelas filosóficas que han trabajado el tema de felicidad individual en otros términos, a saber, el epicureismo entiende la felicidad como autosuficiencia en el placer moderado, los estoicos piensan la felicidad como fortaleza en la aceptación de una existencia determinada, racionalistas como Leibniz defienden la felicidad como adecuación de la voluntad humana a la realidad, utilitaristas como John Stuart Mill defienden un concepto de felicidad como satisfacción de los placeres superiores, entre otros...

Para algunos autores ‘’"New Thought"’’, la felicidad es una actitud mental que el hombre puede asumir conscientemente, es decir es una decisión.

La idea de que la felicidad sea una decisión, la argumentan del hecho que el hombre haya buscado muchas formas de encontrar esa felicidad en muchos aspectos, y aun así, parece esquiva para la mayoría de las personas.

Al descubrir que existen seres felices e infelices en todas las diversas condiciones socio-económicas, geográficas, de edad, religión, sexo, estados mentales (hay personas con problemas mentales que a pesar de ello son realmente felices), estos concluyen que cuando el individuo decide aceptar su condición y su pasado, y asumir la vida tal como es en ese momento y construir su vida a partir de aquellos preceptos, el hombre es realmente feliz.

Tanto religiones tradicionales como pensamientos neoeristas declaran que cada persona tiene una función específica en el universo y que en el momento que la persona lo descubra y viva de acuerdo a ésta, será realmente feliz.

También existen varias corrientes filosóficas contemporáneas, entre ellas la "Nietzscheniana", que afirman que el hombre no es concebido para la felicidad, sino que está destinado a sufrir.

Según la religión

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Para las religiones teístas, la felicidad sólo se logra en la unión con Dios, no es posible ser feliz sin esta comunión. Siendo la felicidad considerada como la obtención definitiva de la plenitud y el estado de satisfacción de todo tipo de necesidades es alcanzable sólo en ese grado después de la muerte.

Sin embargo, hay diferentes puntos de vista según la religión que examinemos. Para el cristianismo se expresa en la vivencia de las bienaventuranzas y las enseñanzas de la biblia (especialmente los evangelios) y en el seguimiento y comunión con Cristo resucitado a través del Espíritu Santo. Muy semejante a esto es el camino musulmán.

El hinduismo a pesar de tener una revelación divina distinta de la cristiana y musulmana, plantea la felicidad como un estado permanente del alma humana eterna que debe ser descubierto (iluminación) y que lleva a la vivencia natural de la felicidad. No se alcanza por obras sino que las obras son consecuencia y deber de ese estado "descubierto" que lleva al hombre a descubrir la unidad esencial de su alma con el espíritu universal (Dios) y con todas las almas. En conclusión la felicidad en religiones como la cristiana, musulmana o hindú es comunión lograda o descubierta, tarea del ser humano y gracia del Dios Creador.

La excepción entre la grandes religiones organizadas del mundo la constituye el budismo, que aunque es una religión emparentada históricamente con el hinduismo, sin embargo es no-teísta, al no existir ni un creador, ni un alma. El budismo considera que la felicidad duradera se alcanza al erradicar el anhelo ansioso, lo que a su vez se consigue solo al "despertar" de la ilusión del "yo", es decir, el mantenerse consciente y atento a la auténtica naturaleza de la vida y la existencia.

Interacciones

El subconsciente alimenta este estado de ánimo .[1] Admitir los límites de la personalidad nos facilitará la capacidad de no derrochar recursos en aquello que es incontrolable. .[2] Tratar de condicionar el entorno a nuestro deseo [3] solo impedirá que consigamos atisbar lo que es el flujo [4] que nos lleva al estado de ánimo feliz.[5] Este estado no se encuentra fuera de nosotros, ni siquiera en nosotros, se encuentra en nuestra naturaleza interior. [3] No depende exclusivamente del entorno, sino que es la aceptación de que existen fuerzas más poderosas que nuestra voluntad, modificando nuestra actitud hacia la vida; siendo el pesimismo una actitud que dificulta la consecución de dicho estado anímico y el optimisto una actitud favorecedora, pero ninguna de las dos son determinantes. [6]

La felicidad es una inversión de recursos, los cuales consumiremos para mantenernos, teniendo que repetir el ciclo tantas veces como sea necesario.

La capacidad de dar soluciones a los diferentes aspectos del vivir cotidiano, hace del individuo más o menos feliz. Esto se pone de relieve cuando entendemos lo que es la frustración, causa principal de la pérdida de la felicidad.


Cabe decir que, tal sensación de autorrealización y plenitud, confiere a las personas felices una mayor serenidad y estabilidad en sus pensamientos, emociones y actos; fruto del equilibrio y la compensación de las cargas emocionales y las racionales. Algunas emociones asociados a la felicidad son la alegría y la euforia.

Las decisiones conscientes
A pesar que nuestro consciente no puede imbuirnos ese estado de felicidad, sí que puede trabajar para fomentar los factores que contribuirán a que las interacciones internas tiendan a estimular al sistema límbico, para que este pueda llegar a informar a nuestro consciente de ese estado anhelado de felicidad.

La lucha interna

La Amígdala cerebral y el hipotálamo son regiones que cooperan para la transición de las emociones. El neocórtex racionaliza los recursos de los que disponemos. Son dos áreas incompatibles con miles de años de evolución entre ambos, que usan la conciencia como medio de comunicación para poner solución a las demandas bilaterales. Podría ilustrarse con el ejemplo de dos personas que intentan ponerse de acuerdo para solucionar sus problemas personales en un centro de arbitraje, que representaría la conciencia, el lugar donde las emociones y la racionalidad se hacen compatibles. Por tanto, se hace evidente que, para que nuestro sistema límbico informe ese estado predilecto de felicidad, es indispensable que tengamos una conciencia capaz de acallar a las dos partes en disputa. Si solo acallamos a una, la voz de la otra no nos dejará tranquilos, y en consecuencia nuestro sistema límbico nos informará de una aproximación de lo que es la felicidad: La estimulación por catecolaminas. El resultado es cualquiera de los estados asociados a este neurotransmisor y que va a depender de la interpretación que le de nuestro administrador de recursos (conciencia).

La diferencia entre el flujo y polarización.

Dentro de los estados de conciencia asociados al flujo de la felicidad, los sistemas internos funcionan como si de una 'orquesta filarmónica' se tratase, en ocasiones la sinfonía requiere de uno 'solo', que es cuando destaca ante nuestro consciente una polarización concreta (o neurotransmisor predominante). Si nuestro consciente se cree que el 'solo' es el objetivo final de su existencia, o desconoce como 'invocar' a los otros 'instrumentos' para que entren a 'tiempo', nuestro organísmo al completo sufrirá las consecuencias entrando en otras polarizaciones resultantes de la carencia de una 'sifonía' completa. Dado que nuestro cerebro normaliza la realidad por instinto de supervivencia, la realidad para su centro administrador de recursos será lo que entiende que le ha dado mejor resultado en un pasado y esto depende de nuestra memoria y lo capaz que sea de desentrañar los detalles. El hecho es que es muy fácil que insistamos en la 'invocación' del 'instrumento' en base al recuerdo sostenido.

La experiencia

Atravesar momentos agradables como desagradables nos ayudan a comprender y enfocar que es eso del 'estado de flujo'. El que es capaz de tocar Jazz, es capaz de focalizar emociones y sentimientos resultantes de sus experiencias pasadas y transmitirlos con notas musicales. Por eso la memoria a este respecto juega un papel crucial.

La memoria

Si la memoria nutriese de forma eficaz nuestro centro administrador de recursos, los recuerdos fluirían sin obstáculos ante situaciones paralelas, ayudando a que la 'orquesta al completo entre a tiempo'. La degradación neuronal impide que eso suceda de forma sostenida en el tiempo, por lo que si se desea sostener el flujo asociado a la felicidad hasta nuestra muerte, se necesitaría ayuda, algo o alguien que nos estimulara la motivación para recordarnos en todo momento que 'instrumento toca dentro del concierto que se nos está demandando'.

Desórdenes patológicos

Bien sea por falta de memoria o por falta de experiencia, el hecho de que la 'orquesta entre a destempo' (suele suceder cuando hemos terminado de pasar un tiempo de duelo y nuestro centro administrador de recursos continua invocando un instrumento, que ya por naturaleza no va a sonar por sí solo) en su 'serenata' solo producirá los efectos asociados a una oposición al sentido y dirección que indica nuestro entorno, 'desafianado' en grado extremo y provocando la desorientación de cada sistema metabólico cerebral, que de sostenerse en el tiempo, alterán:

Rítmos biológicos de descanso.
Rítmos metabólicos cerebrales.
Centro inmunológico.
Centro endocrino.
A consecuencia de todo esto, el sistema nervioso se va viendo afectado por el caos formado, comenzando a informar 'realidades' razonables únicamente por el enfermo, a consecuencia de:

Ansiedades.
Ataques de pánico.
Obsesiones compulsivas.
Fobias.
Manias depresivas.
Un largo etc.
Todo ello derivado del desorden cerebral patológico producido por la lesión que ha dejado en el cerebro el despojo de su estado de flujo y la insistencia del centro administrador de recursos en que continue 'sonando' un 'instrumento', sin razón de ser, por falta de información. A este respecto ayudan los psicofármacos aportando lo que por naturaleza un cerebro sano debiera administrar y que por su lesión es incapaz de aportar.

La Piramide de Maslow

Fisiología: Los niveles más básicos de sostenibilidad nos los aporta la naturaleza. No obstante, restringir nuestro centro de atención y conciencia a como lograr mantener nuestro estado homeostático, ocupa recursos metabólicos que impiden al cerebro sentirse seguro y confiado.
Seguridad: Esta sensación se produce cuando nuestro cerebro ha logrado registrar la pauta por la cual poder asegurar su fisiología. Se refuerzan los enlaces neuronales y metabólicos adecuados, permitiendo que esas tareas funcionen desde nuestro inconsciente. En ese estado de seguridad, nuestra mente ahora puede centrarse en la búsqueda de cooperación y establecer lazos sociales. En resumen, de subir al nivel de Afiliación.
Afiliación: La afiliación es la base de la economía. Con la amistad nace el compromiso, con el compromiso nace el trabajo cooperado y confiado, con el trabajo surje material sobrante, con ese material se puede comerciar. El hecho de que se aprecie nuestro trabajo, produce la sensación de reconocimiento.
Reconocimiento: Esta sensación se basa en la seguridad de que los demás te necesitan y formas parte de una cadena en la que sin ti, sería costoso reponer nuestra ausencia. Esto permite marcar la pauta de creatividad al cerebro, la pauta por la cual uno puede aportar beneficio y sentirse digno en la sociedad en la que habita. Ésto debería ser suficiente motivación como para poder sostener la Autorealización.
Autorealización: También llamada felicidad, se sostiene por la motivación que produce nuestro trabajo constante y continuado. Gracias a las capacidades de nuestro cerebro de crear, de adaptarse y resolver problemas.

La tecnología

La ciencia y la tecnología son una ayuda valiosísima que nos permite sostener ese estado de flujo por más tiempo del que la propia naturaleza nos hubiese permitido. Pero no debemos olvidar que, tarde o temprano perderemos irremediablemente el paso y comenzaremos a 'desafinar'.

La personalidad
Hay quienes piensan que la felicidad depende de uno mismo, de lo 'fuerte' que uno sea, de lo valiente, espabilado, sagaz, capaz... en definitiva, de cualidades que son dependientes de otros factores que nada tienen que ver con el estado de flujo asociado a la felicidad, y que por efecto de ésta, experimentamos las otras. La personalidad es la región de nuestra mente que administra los recursos, marca prioridades y establece objetivos; pero no es capaz de imbuirnos estados anímicos, estos son el resultado de la suma de procesos neuroquímicos en los que nuestra persona poco o nada tiene que ver. Podremos favorecer o dificultar que sucedan, pero no impedirlos.

Pensamientos del estilo que, nada o nadie podrá impedir que sea feliz, es relativamente cierto o falso, dependiendo de lo capaces que seamos de tratar con las polarizaciones que nos motivan. Todo lo que sucede es para nuestro beneficio, no obstante, si lo que sucede se opone a lo que consideramos bueno (y ahí entra nuestra personalidad), es cuando el estado preferente se distorsiona y comenzamos a perder el flujo. No podemos actuar como jueces en una naturaleza que no entiende de justicia moral. El idioma de la naturaleza establece un equilibrio termodinámico. Nuestro cerebro sí entiende de termodinámica, pero nuestra consciencia no siempre está educada para comprender la dinámica de esta naturaleza.

Las cosas son como son, tal como suceden, a pesar de que se opongan a nuestros objetivos. Si estamos pasando hambre y nos dicen que debemos levantar dos toneladas de peso al golpe de tres... podremos hacer dos cosas, resignarnos y acabar muriendo de hambre (polarización 1) o tratar de hacer razonar a quien nos puede ayudar (polarización 2). Si no somos conscientes de ese estado de flujo, y de como conservarlo, acabaremos perdiéndolo y no podremos hacer gran cosa por recuperarlo.

La lucha externa
Hemos de sobrevivir en un mundo competitivo, el cual premia a los que no cometen errores. Los errores se pagan con la extinción del individuo o de la especie. Si una llama de fuego encendida en una vela, cometiese el más mínimo error a la hora de consumir sus recursos, ella misma se extinguiría, y la posibilidad de encender otras velas desaparecería. La complejidad de un ser vivo es mucho mayor, pues al consumo de energía se le suma la dificultad de ser homeostáticos. Por lo que si no somos capaces de transferir adecuadamente la carga, si no somos capaces de 'quemar de forma efectiva la chispa que nos mantiene vivos', el 'fuego' quemará estructuras vitales y acabaremos consumiéndonos nosotros mismos.

Psicología como ayuda
Como ciencia, se dedica a recoger hechos sobre la conducta y la experiencia, y a organizarlos sistemáticamente, elaborando teorías para su comprensión. Estas teorías ayudan a conocer y explicar el comportamiento de los seres humanos y en alguna ocasión incluso pueden ayudar a las personas a integrar la información percibida fomentando la tendencia a encontrar o incluso a sostener el estado de flujo asociado a la felicidad.

Paradigma Espiritual
La espiritualidad es la función proyectada en el tiempo de la personalidad, que le dota de una orientación, un futuro y un sentido, por la cual poder establecer prioridades y administrar los recursos energéticos tanto internos como externos, llegando a la conclusión de que la vida sí tiene sentido. En el caso del hombre puede basarse en una esperanza, o en una necesidad común al resto de la fauna.

Esta orientación fortalece la tendencia a conservar el flujo asociado a la felicidad.

Paradigma Positivista
Martin Seligman, uno de los fundadores de la psicología positiva, menciona en su libro felicidad auténtica que la felicidad es como un conjunto de:

Emociones positivas: Tales como éxtasis y la comodidad.
Actividades positivas: Tales como la concentración y el cumplimiento de nuestras tareas.
Este autor, presenta tres categorías de emociones positivas relacionadas con el pasado, presente y futuro.

Las emociones positivas referentes al pasado incluyen la satisfacción, la alegría, el orgullo y la serenidad.
Las emociones positivas referentes al futuro incluyen optimismo, esperanza y confianza.
Las emociones positivas sobre el presente se dividen en dos categorías que sean perceptiblemente diferentes:
Los placeres: los corporales y más altos son “placeres del momento” e implican generalmente un cierto estímulo externo.
Satisfacciones: Las satisfacciones implica la consecución del objetivo por el cual hemos trabajado, el flujo, la eliminación de la timidez, y el saber administrar las emociones negativas para beneficio del objetivo (defensa). Pero cuando una satisfacción viene a las emociones positivas de un final entonces nos sentiremos protegidos.
Las satisfacciones pueden ser obtenidas o ser aumentadas desarrollando fuerzas y virtudes del carácter. La autenticidad es la derivación de la satisfacción y de las emociones positivas de administrar las fuerzas de las que la personalidad dispone.

La buena vida se nutre de la correcta administración de las fuerzas de que dispone la personalidad para obtener el equilibrio interior, por ejemplo, sintiendo que la labor de uno en el trabajo aporta algo positivo y que gracias a ese esfuerzo el colectivo se beneficia a cierto grado. Si además tenemos actividades creativas, estaremos aportando factores favorables para que la felicidad se convierta en un estado profundo de nuestra manera de vivir. El sentido más profundo de la felicidad es experimentado con la “vida significativa”, alcanzada si uno ejercita sus fuerzas y virtudes de los uniques en un propósito mayor que lo suyo metas inmediatas. Otra pregunta interesante es si la tendencia a la felicidad de la experiencia está basada en dispositional afecta o eso es un resultado de las circunstancias de la vida.

El efecto linterna

Una linterna, correctamente usada, alumbra sin que su estructura externa se vea gravemente comprometida. En ciertas regiones acumulará calor y, de no usarse con moderación, es posible que la potencia de la bombilla acabe dañando ciertas partes. El uso natural de la linterna provocará su envejecimiento y rotura. Ahora, si usamos de mala manera la linterna, y en lugar de usarla de la forma más efectiva, nos conformamos con colocarla en lo alto de un palo y usarla de antorcha prendiéndola fuego, creeremos que estamos obteniendo el mismo objetivo, pero es evidente que no es así.

Con las personas sucede algo parecido. Disponemos en nuestro cerebro de diferentes redes neuronales, que integran diferentes formas de transacción neuroquímica, que a su vez capacitan diferentes formas de inteligencia en el hombre[7] Podremos tener la sensación de creer que estamos dando soluciones a nuestra vida, pero si no somos capaces de aplicar la inteligencia adecuada al campo de la vida que lo necesita, la sensación de estar vivos no nos acompañará, ya que no obtendremos el resultado esperado y la frustración será lo dominante.

En consecuencia a lo anterior, el uso que nos estaremos dando será como el de la linterna en lo alto del palo, y todo porque nuestra conciencia no es capaz de valorar ciertas facultades inherentes de la mente. Quizás porque las experiencias asociadas a la manifestación de dicha inteligencia fueron desagradables, lo consideramos malo y nuestra conciencia huye de esas sensaciones. Lo cierto es que, tras conseguir superar nuestros propios valores morales asociados a nuestra memoria biográfica, la red neural que conforma el ego, puede solicitarle a la conciencia que se pasee por los diferentes registros de nuestras diversas redes inteligentes tal como si fuera una linterna adecuadamente encendida y enfocando en los objetos, nutriendo de datos que nuestra conciencia considera buenos, y no ya para nosotros mismos, pues hemos superado nuestros propios valores morales, sino para el objetivo a conseguir. El ego podrá invocar a la memoria aquello que la conciencia ha ido recopilando como bueno, ensamblando la información e integrando una solución.

 ok ok Saltarin Saltarin

Si esto sirve....a practicarla





Si si tete, esto es lo que opina San Google y la Wiki, pero tú qué opinas? qué dice tu mente? tu cerebro?

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amapola
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« Respuesta #11 : 14 de Junio 2010, 11:50:23 »

I Love You

Para mí la felicidad es ésto.... y lo que me queda por disfrutarla y disfrutar al que vendrá.... Besito


SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, para mí la felicidad tb es MI HIJO.  Aplaudir Aplaudir Aplaudir
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sonia
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« Respuesta #12 : 14 de Junio 2010, 22:39:53 »

En una película, la de Recién casados (ya vereis que no desvirtuo) mirando un album de fotos el chico se quejaba de porqué no podía ser como en las fotos la vida real (puesto que pasaban por un mal momento), y su padre le decía algo así como que: en las fotos de album de pareja suelen ser todo buenos momentos, días maravillosos, pero que para pasar de foto a foto se pasan días regulares, malos o menos buenos...


pues yo creo que la felicidad es eso, dar saltos e ir pasando de momento a momento felíz y hermoso de recordar... NADIE DIJO QUE FUERA FÁCIL Smiley


y ojalá cuando tenga hijos y nietos se me vea así de felíz que como vosotras, estoy segura! Smiley
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Como un gato sin dueño...
Jorge58 (sin comentarios)
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En serio amo PeterPaulXXX!


« Respuesta #13 : 14 de Junio 2010, 22:44:04 »

Yo digo que sería aburridisimo ser siempre felices, porque no distinguiríamos la felicidad

Para valorar los momentos de felicidad, necesitas de los malos momentos, y la vida es eso, un sube y baja constante, algunos con ciclos mas pronunciados, otros con menos oscilaciones, pero de eso se trata el vivir, no?
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Las preguntontas me tienen las pelotas al plato
JCarlos2013
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Las ganas de vErte casi igualan a las de Tocarte


« Respuesta #14 : 14 de Junio 2010, 23:01:31 »

La felicidad se da en pequeñas DOSIS

Por que correriamos el Riesgo de Acostumbrarnos y SobreTODO dejar de Asombrarnos , alegrarnos y SOnreir cada vez que nos topamos con esos pequeños Segundos a lo largo de nuestra Corta vida.

 Para mi la Felicidad tiene 6 palabras :

Carla  Elizabeth , Carlos  Miguel   , Monica Abril
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El TIEMPO me parecio poco .... las palabras salieron SOBRANDO y sin saberlo , NUNCA planeado , de 1  modo Extraño :  TU te quedaste a MI LADO

Me eNCantaria Q algun dia , sin tanto complicarnos ...despues de hablar : VOLVIERAS a mi Vida
hitomi_
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PeterPaulXXX.com


« Respuesta #15 : 15 de Junio 2010, 05:54:22 »

se qe la felicidad nos la da nuestra familia, en mi caso mis padres, hermanas y quizas alguno qe otro familiar.
apesar de qe mis padres  siempre han demostrado y siguen demostrando qererme y a mis hermanas tambien,
para mí la felicidad, pues creo qe aún no sé qe es,
sé su significado en un 50%, pero siento qe aun falta.

x otro  lado , ese 50%, en diciembre se incrementa xqe ayudo a una ONG y a otros amigos qe ayudan sin pedir nada a cambio y me gusta como me hace sentir.
Tambien me siento feliz, cuando veo a mi abuelita sonreir Smiley

La felicidad se construye, la felicidad se cuida, la felicidad se aprecia, la felicidad no se compra con dinero, pero se compra con acciones y hechos, creo yop  Smiley
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probando probando , uno 2 tres XD
Zorg
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Nunka llueve eternamente


« Respuesta #16 : 15 de Junio 2010, 07:35:20 »

Yo digo que sería aburridisimo ser siempre felices, porque no distinguiríamos la felicidad

Para valorar los momentos de felicidad, necesitas de los malos momentos, y la vida es eso, un sube y baja constante, algunos con ciclos mas pronunciados, otros con menos oscilaciones, pero de eso se trata el vivir, no?

Creo que tienes toda la razon del mundo,si todo el camino fuera de color de rosas,seria de primero aburrido,y de segundo,lo que tu has dicho,lo bueno de verdad no se apreciaria ok
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Nadie puede cambiar su pasado,pero todo el mundo puede contarlo al reves
NoMeMiresAsi
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EL CIELO CONTIENE 2 VIDAS... LA TUYA Y LA MIA


« Respuesta #17 : 15 de Junio 2010, 10:42:02 »

PSICOLOGIA POSITIVA : LA CIENCIA DE LA FELICIDAD Y LAS FORTALEZAS HUMANAS

Tras mucho tiempo dedicado a estudiar los aspectos patológicos del ser humano, la ciencia psicológica ha comenzado a centrarse también en lo positivo. Un viaje apasionante que nos llevará a un conocimiento más profundo del ser humano y al redescubrimiento de sus fortalezas.     

      El estudio del bienestar y la felicidad fue, hasta finales del siglo XX, un lujo prohibitivo dentro del mundo científico. No sin cierta lógica, durante mucho tiempo se pensó que la ciencia psicológica debía centrarse en solucionar males como la depresión, las fobias, o los problemas sexuales. Como un efecto secundario de esta hiper-focalización en el ser humano con problemas, se fue generando una concepción esencialmente patológica del mismo: Salvo contadas excepciones todas las personas parecían estar llenas de conflictos inconscientes, de déficit de habilidades, de tendencias perversas más o menos reprimidas... etc.

       Sin embargo, durante mucho tiempo nadie se percató de que estas partes oscuras –la sombra lo llamaban algunos- eran en la mayoría de las ocasiones una parte pequeña en comparación con los aspectos positivos que también estaban presentes aunque en un segundo plano. Los psicólogos y psiquiatras habían sido entrenados sólo para ver lo negativo y lo disfuncional, y en consecuencia, muchos eran absolutamente incapaces de ver ningún aspecto positivo en las personas a las que trataban. Ahora, por suerte, las cosas han empezado a cambiar. Ahora empezamos a ser conscientes de que la mayoría de hombres y mujeres, aún con aspectos siempre mejorables, de lo que estamos realmente llenos es de potencialidades positivas. En resumen, el primero que debía haberse tratado de pesimismo patológico... ¡era el profesional y no el paciente!

      El psicoanálisis, aunque en su momento aportó una visión muy novedosa de algunos procesos mentales, ha sido probablemente también muy responsable de este negativismo en la concepción del ser humano. El lenguaje escalofriante con el que a menudo se describían los problemas de la gran mayoría de los pacientes es una prueba de ello: pulsiones orales y anales, deseo de matar al padre, miedo a la castración, deseos narcisistas,... Como se puede ver, no son más que exhibiciones gratuitas de lenguaje siniestro que por desgracia empañaron las, en ocasiones, geniales intuiciones de Sigmund Freud. Desde entonces la tarea ha sido, entre otras muchas, desandar el camino andado y construir un lenguaje que sea más ecuánime y más justo con el ser humano. Recogiendo la inestimable influencia de los psicólogos humanistas de mitad del siglo XX –Carl Rogers y Abraham Maslow fundamentalmente–, cada vez es más habitual que los psicólogos hablemos de fortalezas, de bienestar, de desarrollo, de satisfacción, de resiliencia o de salud. Curiosamente, este movimiento de distanciamiento de lo negativo también se ha venido produciendo en el ámbito de la medicina la cual está ahora mucho más volcada en conceptos como la calidad de vida, el fomento de la salud y la prevención,...etc.

      Dentro del ámbito de la psicología en los últimos años se ha constituido una corriente especializada en este tipo de aproximación al ser humano llamada Psicología Positiva, encabezada en Estados Unidos por Martin Seligman de la Universidad de Pennsylvania. En parte como consecuencia de este movimiento, en las universidades se está haciendo la aplicación de la ciencia para explorar cuáles son los rasgos que hacen que unas personas estén más satisfechas con su vida que otras, o los factores que permiten que una persona pueda superar de una forma sana una pérdida o una situación traumática. Una de las iniciativas de este profesor en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid es la página www.psicologiapositiva.org en donde se ofrece información sobre este movimiento, y una amplia variedad de test para realizar de forma gratuita que además ofrece los resultados comentados de forma instantánea.

      En cuanto a la investigación desarrollada, una de las aplicaciones más interesantes de la psicología positiva es que empezamos a conocer algunos factores que nos indican de forma tentativa algunas vías hacia la felicidad. Por ejemplo, sabemos que los aspectos interpersonales juegan un papel fundamental; de hecho, en la mayoría de estudios aparece como el predictor más importante del bienestar. Parece, por tanto, que invertir tiempo y esfuerzo en construir una red de relaciones sanas y con un alto grado de intimidad y confianza es una de las vías más seguras hacia el bienestar.

      Por otra parte, la actitud en nuestra vida cotidiana puede ser otro factor muy destacable. Por ejemplo, el optimismo se ha revelado como un factor importante tanto para el bienestar mental como incluso para la salud física. Una actitud abierta a las pequeñas gratificaciones cotidianas también parece tener influencia en la sensación de bienestar global a largo plazo. Por otra parte, trabajar para aumentar nuestras experiencias de concentración y absorción en la tarea que tenemos delante (“flow”), como la búsqueda de un mayor sentido vital en nuestras vidas son también fuentes importantes de satisfacción.

      En resumen, la ciencia psicológica cada vez se está centrando más en investigar las fuentes del bienestar y la satisfacción, y en devolvernos una imagen más equilibrada del ser humano a nivel psicológico reflejando no sólo las debilidades sino también las fortalezas. Esperemos que los frutos de estos esfuerzos de investigación sean aprovechados para que de alguna forma puedan favorecer la construcción de una sociedad mejor, más positiva y más sana


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