amapola
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« : 5 de Junio 2010, 22:18:51 » |
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¿Qué ves tú, tú que me cuidas? ¿A quien ves, cuando me miras? ¿Qué piensas cuando me dejas? ¿Y qué dices cuando hablas de mi? Ves casi siempre a una vieja cascarrabias, un poco loca, con la mirada ausente, que babea cuando come, y que nunca te contesta cuando le hablas.
Y qué, cuando chillando le dices: "Pruebe una vez más", no parece prestarte ninguna atención. Una vieja que siempre pierde sus zapatillas y sus medias, y que dócil o no, te deja hacer lo que quieras, preparar el baño o la comida, para llenar los largos días grises. ¡Esto es lo que piensas! ¡esto es lo que ves! Entonces abre bien tus ojos, pues esa no soy yo
Por fin voy a explicarte quien soy, aqui sentada, tan tranquila, tan molesta. Moviéndome cuando lo ordenas, comiendo cuando tú quieres, caprichosa e impersonal, siempe haciéndote perder la paciencia. Te voy a explicar quien soy...
Soy la última de diez hermanos, con un padre y una madre. Con hermanos y hermanas, que se querían entre ellos.
Una joven de dieciseis años, con alas en los pies, soñando que pronto encontraría novio. Casada a los veinte años y aún con el corazón lleno de alegría siempre recuerdo ese día. Ahora tengo veinticinco años y un hijo que me necesita.
Soy una mujer de treinta años, mi hijo crece deprisa, y estamos unidos por un vínculo que durará siempre. Cuarenta años, mi hijo pronto no estará aquí. Pero mi marido sigue a mi lado. Cincuenta años, los chicos vuelven a jugar a mi alrededor. Mi amado y yo volvemos a estar rodeados de chicos. Después llegan los días grises, se muere mi marido, y yo miro con miedo al futuro, mis hijos están ocupados cuidando a los suyos. Pienso en los años y en el amor que conocí. Ahora, ya soy vieja. La naturaleza es cruel, intenta confundir la vejez con la locura. Mi cuerpo se debilita, la gracia y las fuerzas me abandonan. Pero este cuerpo viejo aún alberga a una joven cuyo corazón sigue latiendo; recuerdo las alegrías, recuerdo las penas, y vuelvo a sentir mi vida; y amo. Recuerdo los años que pasaron tan deprisa. Y acepto esta realidad tan implacable, que ya no puede durar mucho.
Abre los ojos tú que me cuidas y no veas a una vieja cascarrabias... mírame mejor y me verás tal como soy.
....................................................................................... Esta carta fue escrita por una anciana a su cuidadora. La encontraron al día siguiente de morir entre sus cosas...
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